Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Neurología
Uso de toxina botulínica tipo A en pacientes con espasticidad secundaria a Enfermedad Vascular Cerebral (EVC)

Introducción

La espasticidad secundaria a una Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) también llamada accidente cerebro vascular (ACV) es una de las principales causas de discapacidad en adultos; interfiere con la rehabilitación del paciente y particularmente en la mejora funcional.(1-3) Esta es causa importante de discapacidad debido a la hiperactividad del músculo, lo que se traduce en rigidez de las extremidades y espasmos musculares. El pronóstico de estos pacientes depende de varios aspectos, como el manejo precoz y adecuado de la terapia física para evitar el acortamiento muscular, el dolor y sus consecuencias(4). Varios trabajos han demostrado que las inyecciones intramusculares de toxina botulínica tipo A disminuyen la espasticidad secundaria a EVC y algunos autores han demostrado mejoría funcional después de esta terapia.(5-9)

La toxina botulínica tipo A causa un bloqueo neuromuscular inhibiendo la liberación de la acetilcolina libre, impidiendo así la transmisión neuromuscular y la contracción muscular. Las inyecciones son seguras y efectivas y llevan a la disminución del tono muscular y al incremento del rango de movimiento. Entre los principales beneficios, una vez aplicada la toxina, tanto para los pacientes como para quienes cuidan de ellos, destacan: la facilidad para realizar las actividades cotidianas como el vestido, calzado e higiene. Asimismo, se reducen considerablemente los accesos de espasmos y temblores, los dolores, las posturas antiestéticas y se limitan ciertas actitudes compensatorias (actitud escoliótica, marcha asimétrica, etc.), al tiempo que mejora la función motriz y la movilidad articular, así como la tolerancia a los aparatos ortopédicos o prótesis, con lo que se eleva en gran medida la calidad de vida de los pacientes y sus familias.(10,11)

En 1990, Snow et al. realizaron el primer estudio doble ciego, controlado con placebo, de toxina botulínica tipo A para la espasticidad.(12) Los autores trataron a nueve pacientes afectados con esclerosis múltiple, con espasticidad grave de los músculos aductores del muslo, y demostraron una mejoría significativa en medidas clínicas de espasticidad y en una escala que medía la facilidad en proveer cuidado higiénico.

Luego se realizaron otros estudios de tipo abierto con un número limitado de pacientes afectados con hemiplejías o hemiparesias secundarias a accidentes cerebrovasculares.(13) Posteriormente, la toxina fue usada en pacientes hemiparéticos post-EVC con afectación primordial de miembros inferiores.(14,15) Se inyectaron 100 unidades de la toxina en cada uno de cuatro músculos relacionados con la flexión plantar e inversión del pie. Utilizando un sistema de trazado electrónico de la trayectoria del miembro afectado y comparándolo con el miembro no afectado, los autores demostraron que el primero, debido a la excesiva flexión plantar del pie, tiene una trayectoria reducida donde las fuerzas se ejercen sólo sobre la mitad anterior del pie. Una vez administrada la toxina botulínica las medidas del tono muscular mejoraron. Como consecuencia hubo una disminución en la necesidad de usar una ortesis del tobillo y pie en las ocho semanas siguientes, y una disminución del riesgo de un esguince del tobillo.(14) Estudios electromiográficos cinesiológicos posteriores realizados por el mismo grupo demostraron mejoría en la dorsiflexión del tobillo, disminución del clonus del tobillo y reducción de la deformidad en garra de los dedos del pie.(15)

Más recientemente Cardoso et al.(4) verificaron la utilidad de la toxina en miembros superiores espásticos en pacientes que sufrieron EVC, observando mejoras en la escala de Ashworth y aumento en la amplitud de los movimientos en todos los pacientes hasta la 32ª semana. Concluyeron que la selección adecuada de los músculos y dosis individualizadas de toxina botulínica A mejoran la función en pacientes con espasticidad post-EVC.

Además de lo anterior, se han apreciado mejorías no solo de la espasticidad, sino del dolor en algunos pacientes, posterior al uso de toxina por la vía intramuscular (16). Sin embargo, algunos autores no han verificado ningún beneficio en el uso de toxina botulinica A en pacientes con espasticidad secundaria a EVC.(17,18)  Los que cuestionan su uso en este tipo de pacientes sostienen que aun se requieren más estudios para evaluar su eficacia en la espasticidad posterior al accidente cerebrovascular. Hay varias cuestiones relacionadas con la selección de los pacientes a ser tratados, sus características, y la misma EVC que son difíciles de controlar en los estudios, lo que ha dado resultados contradictorios por lo cual se hace necesaria la evaluación de esta terapia.(7,10,19)

A pesar de lo anterior, en Venezuela son pocos los estudios al respecto.(20) 

Con el fin de evaluar la utilidad de la toxina botulínica tipo A en pacientes con espasticidad secundaria a EVC se realizó un estudio en la Clínica de Espasticidad del Centro Nacional de Rehabilitación “Dr. Alejandro Rhode” en Caracas, durante el periodo octubre de 2008-septiembre de 2009.


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Materiales y métodos
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Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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