Los
Zygomicetes son una clase de hongos
que producen infección poco frecuente en
individuos sanos, ocasionalmente
patogénicos en animales domésticos. Las
esporas inhaladas provee el acceso a la mucosa oral y nasal, las cuales
en personas sin compromiso inmunológico,
son eliminadas por fagocitosis, mientras que en el huésped
inmunocomprometido puede haber germinación y formación de hifas con invasión
vascular. Las esporas de varios de estos miembros han sido ampliamente
detectadas en el aire(6- 8). Esos hongos saprófitos se encuentran
de manera natural en pan, vegetales, frutas, y se puede encontrar como parte de
la flora normal en el organismo, especialmente si las muestras son de boca,
garganta, nariz e incluso heces en un adulto sano(8). El hongo tiende
a crecer en la lámina elástica de los vasos sanguíneos disecando los mismos,
provocando trombosis localizada y necrosis(8). Las infecciones de tipo rinoorbitaria se dan en los pacientes que
tienen algún tipo de inmunocompromiso, tal es el caso de pacientes con VIH,
diabéticos, con algún tipo de cáncer y
en general, por algún tipo de neutropenia. “Estos hongos pueden aparecer
asociados a la diabetes en un 80% a 60%, en general cuando en el estudio histopatológico aparecen hifas no
septadas formando un ángulo a la derecha de sus ramas, entonces se puede
presumir del diagnóstico de Mucormicosis.(8)
La forma
rinoorbitaria es considerada un estadio temprano de la presentación Rinocerebral, que al ser
sometida a un tratamiento médico y quirúrgico oportuno e individualizado
presenta un mejor pronóstico(7). Parimalam y colaboradores(9), afirman
que la mucormicosis rinocerebral (RCM) es la más común de las variantes
clínicas e involucra a los senos paranasales y el cerebro. La supervivencia era cero antes de la era
de la Anfotericina B en el año 1955. Después del advenimiento de la Anfotericina, la supervivencia de pacientes con sinusitis invasiva sin
compromiso cerebral era reportada tan alta como 50-80%. La infección se expande
en el cerebro y el porcentaje de fatalidad puede exceder 80%. En estudios
anteriormente realizados resultó que la
edad media fue de 38.5 años,(5) en otros la edad
media fue de 46 años, predominantemente hombres
(80%)(10) , sin embargo puede también
presentarse en niños y lactantes.(7)
El diagnóstico de sinusitis fúngica está basado en una alto índice de sospecha
clínica de pacientes inmunocomprometidos con fiebre, congestión nasal, descarga
y dolor facial. Si el hongo crece de una muestra tomada con hisopo, esto añade
peso al diagnostico, pero la biopsia es requerida para la confirmación.(11-14)
En los casos aquí presentados las biopsias
fueron realizadas y se confirma además el hongo por exámenes de la muestra
clínica en fresco, cultivos y estudios
de imágenes. En similares estudios realizados por Tony y
colaboradores(15), encontraron en una revisión de 17 casos de infección debido a especies de Cunninghamella
en humanos, solo tres sobrevivieron.
Ellos reportaron un caso de sinusitis paranasal debido aC.
bertholletiaeen una paciente de edad avanzada quien tenía diabetes
mellitus y mielodisplasia , mientras que
Pastor et al(16) aseguran que
las infecciones causadas por Cunninghamellason menos frecuentes que aquellas que son producidas por otros géneros de Mucorales, por ejemplo,Rhizopusy
Mucor, pero el porcentaje de mortalidad es más alto (76%), en general la
infección causada por los miembros de Mucorales
son amenazantes para la vida,
requiriendo pronto y agresivo tratamiento.(16) Según
publicaciones realizadas en el siglo XIX, los organismos de la clase Zygomycetes fueron observados por
primera vez causando enfermedades en los
seres humanos.(17) Hace varias décadas la información estaba basada
principalmente en la morfología en los
tejidos y raramente confirmada por cultivos. La
morfología encontrada en tejidos es la de hifas cenocíticas que sugieren infección por uno de
losMucorales. La mayoría
de los casos reportados no tenían
identificación por cultivos y eran reportados como Mucormicosis, a pesar
de la falta de la confirmación por
el cultivo.(17)
Si el diagnóstico no es hecho tempranamente, la diseminación puede ocurrir. La
terapia debe ser efectiva e iniciarse
inmediatamente y requiere combinación de drogas antifúngicas siempre orientada a cada caso
individual, intervención quirúrgica y
reversión de los factores de riesgo subyacentes. La Anfotericina B ha
sido siempre el tratamiento de elección para la zigomicosis, sin embargo,
resulta neurotóxico. Fármacos de la familia de los azoles tales como
itraconazol, posaconazol, Ketoconazol y
Fluconazol no han demostrado tener actividad confiable contra mucor, sin
embargo se consideran medicamentos de segunda elección en caso de que los
polienos no sean bien tolerados por el
paciente. (6,8,10.15, 16)
La terapia antifúngica ha producido
resultados variables, dependiendo del organismo y la droga seleccionada. Se ha
hecho evidente que los azoles no deberían ser usados en el tratamiento de
los zygomycosis debido a la carencia
tanto in vitro como in vivo de su actividad(16).
De acuerdo con Calabria et al.(18)
para evitar desenlaces fatales en las mucormicosis,
debe realizarse un diagnóstico temprano de la infección,
aunado al desbridamiento quirúrgico de
las lesiones.
En
un caso presentado por Jason et al(19)
de peritonitis debido a C. bertholletiae, se encontró
resistencia in vitro a Anfotericina B, 5-fluorocytosine,
fluconazole, itraconazole, ketoconazole y
voriconazole, aún
así el paciente fue tratado exitosamente con voriconazol y la remoción del
catéter.
En resumen nosotros presentamos dos
casos de pacientes diabéticos con mucormicosis en senos paranasales en dos
Centros de salud en Santo Domingo República
Dominicana.
En el
caso 1 aquí presentado la paciente fue tratada
exitosamente sin adquirir ningún tipo de
complicaciones siendo evidenciada por una TAC libre de enfermedad. A
pesar de que nuestra paciente no se le administro la
dosis correcta establecidas por las guías, se obtuvo resultados satisfactorios,
por lo tanto se evidencia que el tratamiento quirúrgico mostro un rol
importante en la remisión de las lesiones fúngicas además de la temprana
sospecha de mucormicosis, mientras que en el otro caso el
paciente se rehusó a obtener tratamiento con Anfotericina B y solicito su egreso del hospital, siendo incierta la
evolución de este. En ambos casos
encontramos como factor
predisponente asociado para el desarrollo de la mucormicosis la diabetes.
Agradecimiento
Queremos agradecer al Dr. José
A. Cerda Taveras, por su gran aporte al presente trabajo y la revisión de los datos clínicos de uno
de los casos.
Este trabajo se ha realizado con
el apoyo de la infraestructura, equipos
y materiales del Hospital Salvador
Gautier (Departamento de cirugía de Cabeza y Cuello) y del laboratorio Clínico
(Sección de Micología) del Hospital de la Plaza de la salud.
Conflicto
de intereses
Los autores
declaran no tener ningún conflicto de
intereses, ni económicos
ni competitivos. Este artículo ha sido leído y aprobado por todos los autores
considerándolo como un trabajo honesto y de interés científico.
Financiamiento
Los autores no recibieron patrocinio para llevar
a cabo este artículo