El
advenimiento de los bloqueadores neuromusculares (BNM) a las técnicas
anestésicas permitió ajustar el grado de relajación muscular en forma
independiente de la profundidad anestésica, facilitando las técnicas
quirúrgicas y evitando la necesidad de mantener planos muy profundos de
anestesia: así como el uso de altas concentraciones de anestésicos volátiles
que contribuía en gran medida a aumentar la tasa de mortalidad por causas
anestésicas(1). Estos agentes BNM han sido ampliamente usados tanto
en la anestesiología clínica como en la
medicina de emergencia para facilitar la intubación traqueal, la ventilación mecánica y el acceso quirúrgico a las cavidades
corporales; sin embargo estos agentes pueden causar bloqueos residuales que
llevan a la obstrucción de las vías aéreas, hipoventilación e hipoxia; por
tanto la reversión de éste efecto es sumamente importante para la recuperación
del paciente y reducir la morbi-mortalidad asociada con el manejo anestésico (2,3).
La reversión
del bloqueo se refiere a la finalización del bloqueo muscular inducido farmacológicamente,
los reversores se suelen administrar cuando el bloqueo no se ha recuperado (Train
of four “TOF” ratio menor de 0,9) de forma espontánea al final del
procedimiento(4,5). Los inhibidores de la acetilcolinesterasa como la
neostigmina y edrofonium han sido los agentes reversores más comúnmente
utilizados en la práctica anestésica; sin embargo, su uso puede causar efectos
adversos colinérgicos que incluyen desde
problemas gastrointestinales leves hasta grandes eventos cardiovasculares,
además de que muchas veces no son tan efectivos cuando se administran
posteriores a un bloqueo profundo (6).
Si bien la
reversión puede ser alcanzada por medio de estos agentes inhibidores de la
acetilcolinesterasa, en la práctica clínica estos fármacos son utilizados en
asociación con antagonistas muscarinicos del receptor de acetilcolina, debido a
sus efectos indeseables; muchas de estas drogas usadas en anestesia pueden
provocar alteraciones electrocardiográficas, las cuales pueden conllevar al
desarrollo de arritmias cardiacas, pudiendo culminar en fibrilación ventricular
e inclusive muerte súbita (7).
Asimismo,
como consecuencia de su mecanismo de acción, no son capaces de revertir un
bloqueo muscular profundo; sobre todo si el bloqueo es interrumpido
tempranamente o con la presencia de potentes anestésicos volátiles(8);
por tanto, el
propósito ideal de la reversión de la curarización residual debe consistir en antagonizar
el bloqueo competitivo de los fármacos BNM no despolarizantes sobre el receptor
nicotínico con el mínimo efecto sobre los ganglios autónomos y los receptores
muscarínicos (9,10).
Debido a
estas particularidades, se hace necesaria la utilización de nuevos revertores
con mínimos efectos colaterales y que posean la capacidad de revertir
eficientemente el bloqueo neuromuscular, independientemente de su profundidad.
Actualmente, una de las nuevas posibilidades es la encapsulación química o la
quelación del bloqueador neuromuscular, mediante la utilización de
ciclodextrinas sintéticas como el Sugammadex (ORG 25969); la cual ha sido diseñada para contrarrestar
selectivamente el bloqueo neuromuscular esteroideo del rocuronium (11 – 13).
Sugammadex,
viene a constituir el fármaco más fascinante dentro de la farmacología clínica
neuromuscular desde la introducción del atracurium y el vencuronio a mediados
de los ochenta, principalmente por su novedoso e innovador mecanismo de acción;
aunque su eficacia para el antagonismo de bloqueos de mayor duración aún no se
conoce(8). Actúa formando complejos 1:1 con el Rocuronium,
disminuyendo su concentración efectiva en el receptor (2,14-16) la
estabilidad de estos complejos de Sugammadex-Rocuronium es finalmente resultado
de la interacción de las fuerzas intermoleculares, incluyendo interacciones
termodinámicas e hidrofóbicas (17).
Estudios en vivo
han demostrado que Sugammadex revierte rápidamente el bloqueo neuromuscular
inducido por Rocuronium, incluyendo el bloqueo profundo; en este sentido, se ha
determinado que un bloqueo neuromuscular profundo puede ser totalmente revertido
rápidamente cuando se administra este fármaco 3 minutos después de la
administración de Rocuronium a dosis de 0,6 mg/kg e inclusive a altas dosis
(1-1,2 mg/kg) 18. Asimismo, se ha determinado que esta molécula incrementa la
excreción renal de Rocuronium (19).
Adicionalmente,
se ha observado una adecuada relación dosis repuesta para la reversión del
bloqueo producido tanto por este fármaco como por otros agentes similares como
el Vecuronium,(9,15) demostrando ser más efectivo que Neostigmina o
Glicopirrolato (20) y bien tolerado tanto por niños, adolescentes
como adultos (15).
Por estos
motivos, esta investigación se propuso estudiar el uso de este tipo de
ciclodextrina en la reversión del bloqueo neuromuscular inducido por el bromuro
de rocuronium en
comparación con la utilización de neostigmina en adultos jóvenes atendidos en
el Centro Médico Docente Paraíso “Dr. Francisco González Govea” de la ciudad de Maracaibo, Venezuela.