Regulación central de la conducta alimentaria
Comer es una conducta en la que subyacen
una serie de mecanismos de señalización tanto a nivel central como periférico,
capaces de regular la selección y cantidad de alimento ingerido, así como el
inicio y término de una comida. Por lo tanto el desequilibrio funcional de los
sistemas reguladores del hambre y la saciedad puede dar lugar a una conducta
alimentaria inadecuada(6-8).
El hipotálamo es un área cerebral
localizada en la porción inferior del diencéfalo, y tiene como función el
control del estado homeostático a través de la regulación de las funciones
autonómicas, endócrinas y conductuales. En lo referente a la regulación de la
ingesta de alimento y del gasto energético, los núcleos hipotalámicos
involucrados son el núcleo arqueado (ARC), el núcleo paraventricular (NPV), el
núcleo ventromedial (NVM), el núcleo dorsomedial (NDM) y el área hipotalámica
lateral (AHL)(9,10).
Los trabajos que iniciaron con la
descripción de la participación del hipotálamo en la regulación de la conducta
alimentaria, demostraron que las lesiones en el NVM, NPV y el NDM causan
hiperfágia y obesidad. Estas estructuras fueron consideradas como centros
reguladores de la saciedad, mientras que la lesión o destrucción del AHL que produce
anorexia severa y pérdida de peso corporal, se denominó centro del hambre(11,12) .
De manera sencilla, el ARC que recibe información periférica del
estado nutricional, está compuesto por dos poblaciones neuronales: a) una de
ellas es productora de proopiomelanocortina (POMC) y del transcrito regulado
por cocaína y anfetamina (CART), y su activación da lugar a un efecto
anorexígeno (13); b) la otra población neuronal del ARC produce el
péptido relacionado con la proteína agouti (AgRP) y el neuropéptido Y (NPY), y
su actividad tiene un efecto orexígeno(14). Cuando una señal
anorexígena (i.e. leptina) llega al ARC, la población neuronal POMC/CART incrementa su actividad y la de las
neuronas NPY/AgRP disminuye, esto da lugar a la estimulación del NPV que a su
vez inhibe a las neuronas del AHL, produciéndose finalmente un decremento en la
ingesta de alimento y el aumento del gasto energético. Por otro lado, la
estimulación de las neuronas NPY/AgRP por medio de una señal orexígena (i.e.
grelina), conlleva a la inhibición de las neuronas POMC/CART y del NPV,
simultáneamente el incremento en la actividad del AHL promueve la liberación de
señales orexígenas que estimulan la conducta alimentaria y decrementan el gasto
de energía (figura 1) (9,10,15).
Figura 1. Esquema simplificado
del sistema homeostático para el control de la ingesta alimentaria. Se muestran
los núcleos hipotalámicos y las moléculas involucradas con la regulación del
apetito y la saciedad. Tomado de Ref. 36
Actualmente se considera que dentro de esta
intercomunicación neuronal, la expresión y co-localización de los receptores
CB1 con moléculas de acción orexigénica en el NPV, en el AHL y en el NVM revelan
una importante participación del sistema endocannabinoide en el control de la
ingesta de alimento y del gasto energético(16,17).