Fueron incluidos en el estudio 65 niños (35 hembras y 30
varones), con edades entre 4 y 12 años (7,43 ± 2,32 años). Un total de 58 niños presentaron
infección por uno o varios parásitos intestinales para una prevalencia de
89,2%. Se encontraron seis casos de infección por anquilostomideos para una
prevalencia de 9,2%. El reducido número de casos encontrados de anquilostomosis
no permitió realizar otros análisis como la distribución por edad y/o género.
Sin embargo, en la Tabla
1 se muestra esa información además de los parásitos asociados y las
manifestaciones clínicas. Cuatro niños tenían síntomas, destacando la diarrea, pérdida
de peso y palidez cutáneo-mucosa. De esos seis casos, cinco ocurrieron en el
género femenino y cinco tenían otros parásitos intestinales asociados, siendo
el más común Blastocystis spp., que
fue el parásito más prevalente entre los niños estudiados con 75,4%.
Considerando los valores
de referencia normales se aprecia que 56 niños (86,2%) tenían hemoglobina baja y
solo 13,8% estaba dentro de los valores considerados normales para la edad y el
género. El porcentaje de eosinófilos y el VAE resultaron elevados en 46,2% y
38,5% de los casos; mientras que la IgE estaba elevada en el 84,6% de los
casos. Los niños del género masculino presentaron más
anemia que los del femenino (96,7% contra 77,1%), siendo esta diferencia estadísticamente
significativa (χ2 = 3,65 g.l.= 1 p<0,05). Sin embargo, con relación
a la edad no hubo diferencias (χ2
= 8,67 g.l.= 4 p>0,05) ya
que el porcentaje de anemia osciló entre un mínimo de 66,7% entre los de 12-13
años a un máximo de 100% entre los de 4-5 años.
Cuando se comparan algunos parámetros
hematológicos (Hb, porcentaje de eosinófilos, VAE), serológicos (IgE) y las manifestaciones
clínicas de los niños con y sin anquilostomiasis, ninguno de estas variables
fue significativamente más frecuente en los niños con la parasitosis (Tabla 2).