En Venezuela hay pocos
estudios sobre anquilostomosis en comunidades indígenas y menos aún donde se evalúen
parámetros hematológicos (10,11), como en el presente estudio. Generalmente en las comunidades indígenas de América Latina (16,
18-20, 23-25,28,39-42) y de Venezuela (11,12,34-36,43-45),
las cifras de prevalencia de parasitosis intestinales y en especial de
geohelmintos suelen ser elevadas, debido a las características climáticas,
ecológicas, sanitarias y socioeconómicas de esas comunidades (11,12,45).
Si bien en el presente estudio la prevalencia global de
enteroparasitosis fue elevada (89,2%), la de anquilostomosis fue baja (9,2%) lo
cual contrasta con estudios realizados en América Latina (16,18-20,22-24,40-42,46)
y Venezuela (10,11,31,34-36,43-45).
Se debe resaltar que de esos estudios, muy pocos se
realizaron exclusivamente en niños (10,12,17,18,46) y se refieren a
resultados en la población total. Cuando se consideran solo niños, las prevalencias
de anquilostomosis generalmente son muy elevadas (entre 22 y 88%) entre
indígenas (10,17,18,19,22,46); aunque en algunos casos han sido
bajas (menos de 10%) (12,28,39,44,47,48), teniendo relación
posiblemente, con el hecho de que no se usaron técnicas de concentración para
el diagnóstico de helmintos en esas investigaciones.
Pero vale señalar que en algunos estudios se ha encontrado
una mayor prevalencia de anquilostomosis entre adultos jóvenes e incluso en
algunas regiones puede ocurrir el pico de prevalencia en adultos mayores (2,6,19,31),
pero esos estudios no se refieren necesariamente a poblaciones indígenas como
es el presente caso.
Con relación al estado Bolívar, este resultando es variable
cuando se compara con los estudios disponibles pues en uno la prevalencia fue
baja (33) y en otro elevada (30). Tal vez la razón más
importante de esa variación sea el uso de técnicas no adecuadas para el diagnóstico
de estos helmintos en esos estudios.
La baja prevalencia aquí encontrada sorprende si se considera
que es una comunidad con todos los factores socio sanitarios, económicos y
ecológicos para que esta parasitosis ocurra (35). No tenemos una
explicación satisfactoria para este hallazgo. Tal vez el amplio uso de drogas
antihelmínticas sea una razón, máximo si se considera que la comunidad cuenta
con un ambulatorio con médicos permanentes, donde los habitantes, según
dijeron, suelen asistir con frecuencia. Además, también acuden a la vecina
Ciudad Bolívar en procura de asistencia médica. También se pudo verificar que
toda la población usa calzado y pocos dijeron colocar las heces a cielo abierto
(datos no presentados), lo cual son factores que disminuyen la trasmisión de
esta parasitosis (5). Lo anterior denota cierto grado de transculturización,
lo cual obedece a la cercanía (7 Km) de la ciudad capital del municipio y del
estado. Lo anterior contrasta con la realidad de otras comunidades indígenas
que no tienen fácil acceso a los sistemas de salud o simplemente no les agrada ese
tipo de medicina optando por la tradicional indígena (35,45).
Otra posible explicación de la baja prevalencia de
infección por anquilostomideos pudiera ser errores en el diagnóstico, lo cual
tampoco consideramos sea la razón primaria toda vez que se emplearon tres técnicas
de concentración entre ellas Willis, que ha mostrado ser la más adecuada para
la búsqueda de huevos de anquilostomideos (5,37).
Desde el punto de vista clínico y dependiendo de la carga
parasitaria, puede haber un amplio espectro de manifestaciones clínicas en la
anquilostomosis, desde los casos asintomáticos hasta algunos con anemias
severas (3,8,9,49). En el presente estudio no se determinó la carga
parasitaria de los infectados pero, considerando las manifestaciones clínicas encontradas,
puede inferirse que las cargas eran variables y posiblemente algunos estén
infectado crónicamente. Como lo demuestra el hecho que dos casos estaban sin
síntomas. La anemia que es el hallazgo clínico más llamativo en anquilostomosis
(10,49) y se observó en 5 de los 6 casos. Para que la disminución de
la hemoglobina sea evidente suele requerirse no solo una infección intensa sino
que sea prolongada en el tiempo. De esos cinco casos, dos tuvieron correlación clínica
con los hallazgos de laboratorio, pues clínicamente tenían palidez
cutáneo-mucosa. Es por ello que debe prestarse atención a las manifestaciones
clínicas en estos pacientes pues si bien no son únicas o específicas pueden orientar
el diagnostico. Resultados similares fueron señalados por Guilarte et al. (11).
Otras manifestaciones encontradas no son comunes o propias
de la anquilostomosis y posiblemente se deban a otros agentes que infectan
simultáneamente a estos niños.
La media de hemoglobina entre todos los evaluados fue de
11,6 gl/dl, mostrado que la comunidad o por lo menos la población infantil
presenta anemia, lo cual ha sido informado en niños de otras comunidades
indígenas venezolanas (10,11). Raramente en se encuentran en
indígenas, cifras normales de hemoglobina, como en el estudio de Rivero de Rodríguez
et al. (45) que no encontró
relación entre geohelmintosis y anemia entre 37 indígenas Yukpa del estado
Zulia. Entre indígenas Waraos del estado Sucre, Guilarte et al. (11) encontraron una relación positiva entre
cifras bajas de hemoglobina y anquilostomosis. Mientras que entre Yanomamis del
estado Amazonas, Verhagen et al. (10)
también encontró bajas cifras de hemoglobina entre los niños con
anquilostomosis con diferencias estadísticamente significativas.
El reducido número de casos no permitió realizar un estudio
estadístico de la distribución de casos de anquilostomosis según edad o género.
Aunque llamó la atención que la mayoría de los casos ocurrieron en niñas.
Además es de resaltar que a pesar de ello, los niños del género masculino
presentaron más anemia, lo cual indica que no es solo la helmintosis la que
está causando los niveles bajos de hemoglobina. En ese sentido, otro factor a
considerar es el elevado porcentaje de poliparasistimo entre los parasitados (87%).
Hallazgos similares han sido encontrados en otros estudios en comunidades
indígenas (10,11,42).
En el presente estudio, la anemia posiblemente sea
multifactorial (no solo parasito dependiente), destacando las deficiencias
proteico-calóricas y deficiente consumo de hierro lo cual es frecuente en
comunidades rurales e indígenas (10,11,42,50,51).
Es sabido que en personas parasitadas por helmintos (algunos
intestinales y otras tisulares) y también en giardiosis, puede ocurrir aumento
de los eosinófilos en sangre y una elevación de los anticuerpos de tipo IgE
como un reflejo de estas infecciones (52-57). En el presente
estudio, se intento relacionar la eosinofilia y los niveles elevados de IgE con
los casos de anquilostomosis en niños de la comunidad. En muy pocos trabajos se
ha evaluado esta relación. Viera-Silva et
al. (56) establecieron que estos dos parámetros pueden ser
usados como factores predictivos o de riesgo para algunas enteroparasitosis.
Si bien ambos parámetros resultaron elevados entre los
niños con anquilostomosis, en los individuos sin anquilostomideos, también se
encontraban elevadas. Otros autores han encontrado elevados porcentajes de eosinofilia
entre individuos parasitados por helmintos intestinales (45,52,58).
Específicamente entre indígenas, Verhagen et
al. (10) en Yanomamis de Venezuela, demostró una asociación estadísticamente
significativa entre los parasitados con helmintos, especialmente con anquilostomideos,
y altos niveles de eosinófilos. También entre indígenas Yukpa del estado Zulia,
se encontró que la mayoría de los parasitados con helmintos tenia eosinofilia y
niveles por encima de lo normal de IgE (45).
El elevado porcentaje de eosinofilia entre los estudiados
puede también explicarse por el poliparasitismo, pues otros parásitos como los
helmintos Toxocara sp., S. stercoralis, A. lumbricoides y T.
trichiura y el protozoario Giardia
lamblia pueden llevar a eosinofilia; pero también hay otras causas no
parasitarias especialmente aquellas de tipo alérgicos (10,11,53,56,57)
que no han sido consideradas en este estudio.
El 46,2% de los niños tenia eosinófilos aumentados en
sangre, pero la diferencia no fue significativa cuando se comparan los que
tenían anquilostomideos y aquellos no parasitados. Contrastando con otros
estudios donde si fue encontrada esa relación (11,56). Habría que
ampliar el tamaño de la muestra para obtener resultados más concluyentes.
Por otro lado, la presencia de otros geohelmintos pudiera
explicar la elevación de los niveles de IgE, pero ese no es el caso en esta
comunidad ya que se diagnosticaron pocos geohelmintos. Sin embargo, se pudo
constatar in situ una gran cantidad
de perros que conviven con las personas por lo que otra posible causa para
estos elevados valores en las pruebas de laboratorio sea la presencia de
toxocariosis. Pero se requieren de otros estudios para poner en evidencia
anticuerpos contra Toxocara canis en
la población estudiada así como su presencia entre la población canina.
De los seis casos de anquilostomosis, cinco tenían otros
parásitos asociados, destacando Blastocystis
spp. (4 casos) y G. lamblia (dos
caso). Es por ello que la clínica del niño no puede ser atribuida únicamente a
un único parásito sino posiblemente a un efecto sinérgico entre ellos.
En anquilostomosis, como demostrado en otros estudios, el
simple tratamiento con antihelminticos no es la única medida a ser
implementada, pues hay que combatir la anemia y para ello se requiere realizar
un suplemento a base de hierro en la dieta de estos niños lo cual ha demostrado
lleva a un aumento en los niveles de hemoglobina y mejora la calidad de vida de
esos niños (59,60). Aunado a esas medias hay que promover la
educación sanitaria y procurar cambios en los hábitos y comportamiento de las
personas así como mejoras en el saneamiento ambiental de la comunidad (42).
En conclusión, se
determinó una baja prevalencia de anquilostomosis entre los niños evaluados,
los cuales presentaban en su mayoría anemia, eosinofilia y aumento de la IgE,
pero sin diferencias significativas comparado con los niños sin
anquilostomosis.
Agradecimientos
A los Sres. José Gregorio Álvarez y Carmelo Luces,
auxiliares del Laboratorio de Parasitología del Departamento de Parasitología y
Microbiología de la Escuela de Ciencias de la Salud UDO-Bolívar, por la
asistencia técnica. A los estudiantes de la asignatura Parasitología del VIII
semestre de Bioanálisis (Periodo I-2014), por su participación en las
actividades de campo. A toda la comunidad Itopoicon en especial a los niños
participantes y sus padres. Financiamiento: Consejo de Investigación de la
Universidad de Oriente. Proyecto: CI-05-040102-186313