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Indican los conceptos que serán estudiados, son las guías
del estudio (19)
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Precisan las variables o las dimensiones que serán
medidas
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Señalan los resultados que se esperan
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Definen los límites o alcances de la investigación
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Junto al problema de investigación, los objetivos responden
a la pregunta ¿Qué se pretende con la investigación? Y no al ¿para qué? (como
señalan otros autores) que correspondería a la justificación de la
investigación (24). Sin embargo, dependiendo de la corriente
epistemológica que se tenga, son válidas ambas reseñas.
Ha sido señalado
que durante una investigación es posible que surjan objetivos adicionales, se
modifiquen los objetivos iniciales o incluso se sustituyan por nuevos
objetivos, según la dirección que tome la investigación. (19)
Los objetivos deben distinguirse de
los propósitos, que son afirmaciones genéricas de lo que se espera lograr, son
difíciles de medir y crean el ámbito de lo que se está proponiendo, mientras
que los objetivos son operacionales, lo que significa que especifican lo que es
susceptible de ser medido y lo que se va a lograr en el proyecto. Tampoco deben
confundirse con otras actividades, inherentes al proyecto, pero que no originan
información básica del estudio, que no producen resultados (25) Ello
para el paradigma positivista, que es lo que nos ocupa, ya que en
fenomenología, la complejidad y el crítico-dialectico se presentan como propósitos.
Ejemplo de logro o
meta (modalidad investigación- Acción): Lograr cambios permanentes en la
percepción del tratamiento en los diabéticos con respecto a la prevención de
las complicaciones.
Ejemplo de actividades: Aplicar un
cuestionario a los pacientes de la consulta d diabetes…. Realizar un
electrocardiograma…Elaborar una historia clínica…..
El uso de los verbos para la redacción de los objetivos,
debe estar acorde con lo que se desea investigar. Existen listas de verbos para
redactar los objetivos, presentados según si son generales o específicos,
según la corriente epistemológica de la
investigación (cuantitativos, cualitativos, complejos), según el nivel a
alcanzar (exploratorio, descriptivo, explicativo), mediatos e inmediatos, ya
reseñados anteriormente algunos ejemplos, según la corriente epistémica. Según
el nivel a alcanzar, ejemplos del exploratorio serían explorar, detectar,
conocer, indagar, detectar. En el nivel descriptivo, caracterizar, comparar,
analizar, describir, clasificar, entre otros; y por último según el nivel
explicativo: explicar, demostrar, establecer, relacionar, comprobar, entre
otros. (25)
En este orden de ideas, desde el año 1948, un grupo de
educadores, asumieron la tarea de clasificar metas y objetivos educativos,
desarrollando un sistema de clasificación para tres dominios: el cognitivo, el
afectivo y el psicomotor; ello vinculado al proceso de aprendizaje (26).
Sin
embargo diez años después, Benjamin Bloom psicólogo, pedagogo y catedrático de
la Universidad de Chicago, expone la Taxonomía cognitiva, basada en la idea de
que las operaciones cognitivas pueden clasificarse en seis niveles de
complejidad creciente. Su taxonomía fue diseñada para ayudar a profesores y a
diseñadores educacionales a clasificar objetivos y metas educacionales.