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Definir claramente el valor que la comunidad científica nacional y sus órganos representativos, gubernamentales o privados, le asignan a las revistas científicas nacionales. Idealmente esto debería llevar a la adopción de una política nacional en relación con nuestras revistas científicas y para las publicaciones científicas en general.
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Esta política debería incluir apoyos financieros suficientes y por plazos largos a un número seleccionado de revistas. La política de financiamiento debe ser concebida como un instrumento para tener mejores revistas y no para que sobrevivan malamente las que tenemos, esta política debe contemplar el financiamiento de los editores y otros gastos de funcionamiento.
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Puesta en práctica de un sistema de evaluación y calificación de nuestras revistas, con miras a la reducción en el número, pero aumentando la calidad de las restantes. (En este aspecto el Registro de Revistas de Ciencia y Tecnología realizado por el Conicit, constituye un paso inicial importante)
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Adopción de un conjunto de requisitos mínimos, de acuerdo a lo establecido internacionalmente, sin el cumplimiento de estos requisitos no sería posible optar a ningún tipo de financiamiento público. Especialmente importante es la necesidad de mejorar la regularidad de las revistas y garantizar su aparición para hacerlas más atractivas a nuestros investigadores y al público científico en general
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Considerar la Indización como un mecanismo para aumentar la visibilidad de nuestras publicaciones y no como una forma de exclusión. Es fundamental respaldar los Indices existentes tanto nacional como regionalmente, y desarrollarlos en las áreas donde existan carencias. Solo si la literatura científica es fácilmente recuperable se convierte en una herramienta útil.
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Poner en práctica una política de distribución de nuestras publicaciones. Dicha política debe estar dirigida fundamentalmente a la colocación en bibliotecas por mecanismos distintos al canje.
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Utilizar y expandir el uso de las modernas tecnologías de la comunicación: (Internet, World Wide Web), esto incluye publicación de revistas electrónicas y/o versiones electrónicas de revistas impresas, como una forma de mejorar la visibilidad, aumentar la democratización en la difusión de la información, y disminuir costos. No pensamos recomendable, en el momento actual, sustituir totalmente la impresión de revistas por sus versiones electrónicas, sino marchar con ambas concurrentemente. Así mismo debemos apoyar los esfuerzos destinados a la creación de bibliotecas virtuales.
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Impulsar los esfuerzos destinados a la creación de revistas regionales latinoamericanas en algunas áreas, como vía para ampliar tanto el número de contribuyentes como el número de lectores.
