Enero-Marzo 2005 22
ISSN 1317-987X
 
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Salud hoy
 





Genes y medio ambiente, peligrosa mezcla cuando se trata de adicción

Informar es colaborar


¿Hasta qué punto es conveniente comunicar a una persona sobre la posibilidad de que sea un adicto potencial? Al enterarse, ¿estaría en ventaja o desventaja? ¿La Neurociencia podría colaborar con aquellos sujetos que no tienen predisposición genética pero viven rodeados de agentes amenazantes?

Un estudio realizado por la OMS en 2001 reveló que la drogadicción era una de las enfermedades más “reprobadas y estigmatizadas socialmente”. Y aunque “los conocimientos sobre la dependencia de sustancias basados en la neurociencia proporcionan una oportunidad de aclarar malentendidos y de eliminar estereotipos incorrectos y nocivos” (OMS, 2004: 7), quienes padecen la enfermedad pueden sentirse aminorados en muchas facetas de su vida.

“Una persona identificada por las pruebas genéticas como vulnerable o con riesgo tiene varias posibilidades de encontrarse en desventaja debido a esa identificación. En primer lugar, su autoestima puede verse mermada. Sus intereses financieros y sociales también pueden verse afectados negativamente si dicha identificación llega al conocimiento de otros; por ejemplo, la compañía de seguros puede negarse a asegurarla, el posible empleador a contratarla o el novio a casarse” (OMS, 2004: 30).

Si bien los riesgos existen, el Dr. Delgado cree muy necesario que el sujeto sepa de su condición. “Hay que decirlo. De hecho, si uno tiene un paciente alcohólico, una de las cosas que se le dice es que debe tener cuidado con cómo sus hijos manejan el alcohol, porque sus hijos pueden heredar de él este problema y terminar siendo alcohólicos. La tarea de uno como médico, diciéndolo de una manera adecuada, sabiendo decirlo, es prevenir, porque ser médico no solamente es curar. Es prevenir, y una manera de hacerlo es esa, alertar”.

Por su parte, la Dra. Lima considera importante un adecuado tratamiento psicológico del problema. A su juicio, “la información adecuada al sujeto propenso a una manifestación clínica, tal como la adicción a drogas, debe ser adecuadamente manejada por un psicoterapeuta experimentado y especializado en el campo. No existe un gen marcador específico, pero sí existen contundentes evidencias clínicas, epidemiológicas y familiares que serían las bases para el mejor abordaje de un problema tan difícil, refractario y recidivante como la adicción a drogas”.

¿Qué se recomienda en aquellos casos donde las personas no poseen la vulnerabilidad genética pero se encuentran permanentemente rodeadas de factores externos perniciosos? “Se puede hacer prevención -acota el Dr. Delgado. El caso típico es el del alcohol. En un país como el nuestro, que es proalcohólico, desde muy temprano a la gente (más a los hombres que a las mujeres) se le enseña que hay que beber, y todo el día se le está dando información de afuera de que hay que hacerlo”.

Prevención para que disminuyan los estragos que estas sustancias provocan sobre la salud integral de quienes las consumen. Prevención para que los mismos individuos sean capaces de controlar sus propias vidas, sobre todo porque, como lo afirma el Dr. Delgado, “hay muchos factores emocionales que influyen en las adicciones. Si una persona sufre de ansiedad, tiene más riesgos de generar una adicción a las pastillas sedantes que otra persona, porque va a ser más fácil que tome pastillas o que beba para bajar sus niveles de ansiedad. Incluso, la forma como maneja una persona su vida emocional también se hereda. Los hijos se comportan emocionalmente parecidos a sus padres”.

Ya sea responsabilidad de los genes o del ambiente, algo queda claro: así como el cerebro no diferencia cuando una sustancia es legal o no, la dignidad humana no distingue entre adictos o sanos. “Independientemente del grado de consumo y de la sustancia consumida, estas personas tienen los mismos derechos que cualquier otra a la salud, la educación, el trabajo y la reintegración en la sociedad” (OMS, 2004: 33).
Introducción
Patología de compleja formación
Cuando la edad y el contexto importan
Los genes pueden ser los responsables
Informar es colaborar
Rumbo a lo desconocido

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
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