1. El interés en lo que respecta a estos se ha gestado desde la década de los 80, sobre todo en el ámbito de los países industrializados anglosajones, derivado de los avances que en lo relativo a la asistencia médico-sanitaria, permitieron una mayor sobre-vida de sus pobladores. En consecuencia, han cambiado drásticamente las condiciones socio-demográficas de estas poblaciones, quienes por un lado se hacen más longevos y, por el otro, desarrollan enfermedades crónicas, circunstancias que los ubica en situación de dependencia (15).
   
2. Quienes prestan apoyo y, por ende, proporcionan CNF, son los miembros más cercanos de las familias. Generalmente, los cuidados son prestados por mujeres muy afines al familiar afectado, las cuales muy a menudo conviven en el mismo entorno (2,7,11). Algunas revisiones han establecido que el perfil del cuidador corresponde a: el 83% está integrado por mujeres, de las que un 43% son hijas, un 22% esposas, 7.5% nueras; su edad media es de 52 años y el 20% supera los 65 años; en su gran mayoría son casados (77%); y en un 60%, comparten el domicilio con la persona que cuidan.

En el 80% de los casos, el cuidador no posee una actividad remunerada; el 60% no recibe ayuda de otras personas. Apenas se da la sustitución en las labores de cuidado, que es por parte de otro familiar en un 20%; y una parte considerable de los cuidadores no formales (17%), deben compartir las labores de cuidado con otros familiares, como es el caso de las demandas de los hijos (16).

3. Según datos recabados en diversos estudios, en España, sólo el 12% del tiempo total referido a la dedicación de cuidados, corresponde al ámbito sanitario formal, siendo el restante 88% del tiempo, dispensado por el sistema no formal (4,15).
4. Como bien hemos podido apreciar, el cuidado no formal se desarrolla en el ámbito de lo íntimo, es decir, está relacionado a los cuidados que se prestan en el entorno del hogar, "puertas adentro", en el que se imprime un fuerte componente afectivo. No obstante, se debe destacar que buena parte de las acciones en lo referente al sistema no formal de cuidados, está en muy estrecha vinculación con las realizadas en las instituciones sanitarias y asociaciones de ayuda y voluntariado, entre otros. Ello, derivado en buena parte, de los cambios que provocaron las reformas que en salud mental se han llevado a cabo en Europa y en específico en España (4,15).
5. Se entiende en el contexto de lo no remunerado, al igual que el resto de las actividades domésticas (4).
6. Generalmente, en las labores de cuidado, quién ejerce o asume la mayor parte de la responsabilidad de su familiar o allegado con algún tipo de necesidad de cuidado, es una sola persona, la cual se denomina "cuidador principal" y como bien se ha citado en uno de los apartados anteriores, la gran mayoría de las veces ello le corresponde a las mujeres (15).
7. En la dinámica del cuidador, se llevan a cabo una serie de vivencias o cambios, como consecuencia de la labor desempeñada, dentro de las que destacan:
   • Cambios en las relaciones familiares, las cuales se pueden tornar conflictivas, producto de los "reacomodos" generados.
   • Cambios en la situación económica y el entorno laboral.
   • Cambios en el patrón de legitimar el ocio y el tiempo libre.
   • Cambios en la salud.
   • Cambios en el estado de ánimo (16).

Tipos

Dentro de los tipos de Cuidados No Formales (CNF) tenemos:

1. Ayudar a la persona necesitada para desplazarse en el interior de su domicilio.
   
2. Colaborar en el transporte fuera del hogar, como por ejemplo, acompañarle de compras, a las consultas médicas, etc.
   
3. Contribuir en la higiene personal, como es el caso de proporcionar ayuda para el peinado, baño, etc.
   
4. Colaborar en la administración de los bienes y el dinero.
   
5. Supervisar la toma de medicamentos.
   
6. Contribuir en las tareas de enfermería.
   
7. Contactar telefónicamente o visitar de forma regular a la persona que proporciona cuidados.
   
8. Actuar de intermediario y encarar eventos conflictivos generados a consecuencia del cuidado, tales como situaciones de agitación.
   
9. Favorecer la comunicación con las demás personas cuando la persona cuidada presenta dificultades en lo que respecta a esto.
10. Contribuir en muy diversas "pequeñas cosas", como dispensarle un vaso de agua, encender la televisión, acercar los anteojos, apagar la radio, etc.
11. Dar compañía, ser confidentes, etc. (16).

Como bien podemos apreciar, los CNF se desarrollan y se corresponden con muy variadas labores, las cuales oscilan en un amplio espectro, que abarca desde las múltiples e imponderables actividades cotidianas de atención, hasta las labores de supervisión y apoyo de indicaciones de enfermería y toma de medicamentos, entre otras.