El incremento en la esperanza de vida de las personas. Los cambios ideológicos generados en los países occidentales, derivados del declive de las políticas sociales de los años '60, situación que ha generado tendencias hacia la búsqueda de aquellas que se ajusten a una más eficiente utilización de los recursos.

• Se ha propiciado una mayor comprensión acerca de los vínculos y modelos de relación familiar, lo cual ha dado cabida a valorar y dar apoyo a estos nexos. Así, se ha "reconocido" o legitimado, desde el sistema de atención sanitario-asistencial hasta la importancia e investidura que de hecho tienen los cuidadores no formales como recurso.
• El cambio generado en torno a la derivación de los recursos que casi exclusivamente eran derivados a las instituciones, y que ha logrado un reordenamiento de la atención comunitaria. Este hecho resulta de suma importancia para el mantenimiento de las personas que presentan algún tipo de dependencia o limitación en su entorno comunitario (17).
• En lo que respecta a los adultos mayores, pese a que muchos tienden a mantener su autonomía y realizar sus actividades hasta edades bastante avanzadas, con frecuencia se generan situaciones de dependencia, derivadas del mismo proceso de limitaciones físicas y enfermedades, producto del transcurrir de los años (17). Los adultos mayores se tornan dependientes, luego que se produce una pérdida considerable de su autonomía funcional, situación por la cual necesitan de otras personas para poder realizar las actividades de la vida diaria. Quienes suplen estas necesidades de cuidados, generalmente son sus familiares (17).

Como hemos citado en el apartado correspondiente a la delimitación conceptual de lo que se entiende por CNF en la literatura científica, los adultos mayores reciben cuidados generalmente de sus familiares más cercanos, de los cuales la gran mayoría corresponden al sexo femenino, y requieren mayoritariamente de los cuidados descritos en el numeral 7 de la descripción acerca de ciertos aspectos concernientes a estos y sus tipos.

En primer término, se hará referencia a los cuidados en personas que padecen de daño orgánico cerebral. En las últimas décadas se ha incrementado este colectivo, producto de los trascendentales avances en la medicina, en cuanto al soporte general de las personas que padecen de traumatismo cráneo encefálico severo. No obstante, posteriormente un gran porcentaje de estas personas, presentan una serie de deficiencias y discapacidades, generadas secundariamente por los daños irreversibles a nivel del sistema nervioso central y, en consecuencia, requieren de cuidados de tipo no formal. De hecho, el daño orgánico cerebral está considerado un grave problema de salud pública en la actualidad, pues según estimaciones epidemiológicas, se calcula una incidencia anual en lo que respecta a los traumatismos cráneo-encefálicos, de alrededor de 200 por cada 10.000 habitantes, de los que un 10% son severos (18).

De igual modo, reviste una gran importancia el papel de los cuidadores no formales en la asistencia y cobertura de las necesidades en las personas con padecimientos terminales (19).