Abril-Junio 2014 58
ISSN 1317-987X
 
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Nutrición
Estado nutricional de los adultos mayores no institucionalizados que asistieron a las consultas ambulatorias del Instituto Nacional de Servicios Sociales (INASS) en la gran Caracas durante el segundo semestre de 2013

Introducción

El envejecimiento es un proceso complejo, progresivo, intrínseco e irreversible, caracterizado por una serie de modificaciones bioquímicas, morfológicas, funcionales y psicológicas, entre otras, responsables de la limitación de la capacidad de adaptación del organismo a su medio. Su manifestación es diferente en cada individuo, e incluso varía de un órgano a otro en una misma persona y su velocidad de aparición, está determinada por factores genéticos y biológicos, no modificables hasta el momento, y por factores modificables como el ambiente, psicológicos, sociales, hábitos de vida, entre otros, que a su vez condicionan la capacidad de alimentarse y el estado nutricional de los seres humanos.

El grupo de adultos mayores es bastante heterogéneo, ya que incluye a personas muy activas y a otras con discapacidades o con severas dependencias. Otras de sus características son el declive de la capacidad fisiológica, un creciente aumento en la incidencia de la enfermedad y la especificidad de género, ya que a medida que aumenta la edad de una población, el número de mujeres tiende a aumentar y el de hombres tiende a disminuir, situación que indica que en términos generales, la mujer es más longeva que el hombre.(1, 2)

El fenómeno más exitoso del envejecimiento de la población es el aumento de la esperanza de vida, situación que se está evidenciando cada vez con más fuerza en los países desarrollados y en desarrollo(2). En efecto, la esperanza de vida al nacer que para 1950 – 1955 rondaba los 66 años para el caso de los países desarrollados y los 42 años para el caso de los países de menor desarrollo relativo, se estima que alcance durante el período 2010 - 2015 los 78 y 67 años respectivamente. Asimismo, el porcentaje de personas mayores a nivel mundial, que en la actualidad es de 11%, se estima que ronde el 20% para el año 2050 (3).

El caso de Venezuela no escapa de la realidad mundial, ya que si bien este país siempre se ha caracterizado por ser un país de jóvenes, debido a que la mayor parte de su población se sitúa entre los 15 y los 59 años de edad, su población de adultos mayores ha aumentado considerablemente desde 1950 hasta la fecha. En consecuencia, las personas con 60 y más años de edad que para 1950 representaban el 4,49% de la población venezolana, para 2012 representaron el 9,34%, lo cual refleja un aumento de la presencia de este grupo etario en un 108,02% (4,5).

El incremento de la población de sesenta y más años de edad llama a la reflexión motivado a que implica un cambio en sus demandas socioeconómicas y naturalmente, en la dinámica de atención a la salud, ya que este grupo poblacional tiende a experimentar problemas y enfermedades crónicas que frecuentemente generan discapacidades y que requieren de servicios más complejos y de una atención multidisciplinaria. Es por ello que conviene enfatizar en la necesidad de desarrollar servicios específicos para el adulto mayor, manteniéndolos en el seno familiar para mayor beneficio de los mismos, de su familia y de la comunidad.(6)

Si bien llegar a viejo es una consecuencia positiva del envejecimiento e implica haber mantenido buenas condiciones de salud y estándares de vida adecuados en años anteriores, uno de los bastiones fundamentales para el mantenimiento de una calidad de vida óptima en la vejez, además de la práctica regular de actividades físicas y mentales dentro de lo posible, es una adecuada nutrición, adaptada a las específicas de cada adulto mayor.

Durante el proceso de envejecimiento, la composición del organismo cambia, motivado a que la densidad ósea y la masa muscular magra disminuyen, mientras que se produce un aumento de la masa grasa en el organismo. La disminución de la masa muscular, a su vez, produce una disminución del índice metabólico basal, condición que explica que el adulto mayor necesite menos calorías para mantener el funcionamiento de su organismo, en efecto, los requerimientos calóricos diarios tienden a disminuir llegando hasta las 1600-2000 calorías por día. No obstante, existen adultos mayores que mantienen una buena actividad física hasta edades avanzadas, por lo que no requieren disminuir su consumo calórico. Por otro lado, en el tejido colágeno, el incremento del número de uniones cruzadas, reduce la elasticidad de los tejidos, condición que afecta el funcionamiento de los sistemas músculo–esquelético, cardiovascular, pulmonar y renal. El gasto cardíaco disminuye y la resistencia periférica aumenta, lo que provoca una disminución de la perfusión de nutrientes y de oxígeno hacia los tejidos. Asimismo, la capacidad pulmonar disminuye y la dentadura tiende a deteriorarse y en muchos casos está ausente(7, 8, 9). En la Tabla No. 1, se resumen algunos cambios fisiológicos normales relacionados con la nutrición del adulto mayor.

Además de los cambios fisiológicos arriba citados, el estado nutricional del adulto mayor está influenciado en gran medida por una serie de factores externos que determinan la cantidad y la calidad de su alimentación, entre los que destacan el nivel de ingreso, la oferta de bienes y servicios, el nivel educativo y cultural, factores psicológicos, etc. Por esta razón, es lógico llegar a la conclusión de que el estado nutricional de un grupo poblacional no solo nos da una idea aproximada de sus condiciones de vida y del grado de desarrollo del país en el que habitan, sino que también trasciende este concepto al darnos indicios de su capacidad de resiliencia.

Por otro lado, en la República Bolivariana de Venezuela se han venido gestando desde finales de 2011, una serie de reformas orientadas a aumentar la calidad de vida de sus adultos mayores. Éstas, fueron consolidadas a través de la promulgación en Gaceta Oficial del Decreto Ley Gran Misión en Amor Mayor (10), fechado 13 de diciembre de 2011 y mediante el cual se equiparó el monto de las asignaciones mensuales por vejez al salario mínimo nacional y se les otorgó pensión de vejez a todos los adultos mayores venezolanos o extranjeros residentes en el país por más de diez años, siempre y cuando habiten en hogares cuyos ingresos sean inferiores al salario mínimo nacional mensual, independientemente de que hayan cotizado o no a la seguridad social. Si bien estas reformas constituyen un gran avance a nivel formal, factores como los elevadísimos niveles inflacionarios presentes en los últimos años en la economía venezolana, plantean la necesidad de evaluar si las mismas están produciendo los efectos deseados en este grupo etario. Por ello, y en vista de la importancia atribuida al factor nutricional como medida aproximada del grado de desarrollo económico y social de una nación, cabe preguntarse ¿Cuál es el estado nutricional actual de los adultos mayores venezolanos, no institucionalizados y de bajos recursos?


Estado nutricional de los adultos mayores no institucionalizados que asistieron a las consultas ambulatorias del Instituto Nacional de Servicios Sociales (INASS) en la gran Caracas durante el segundo semestre de 2013
Introducción
Materiales y métodos
Resultados
Discusión
Referencias
Anexo: Mini Nutritional Assesment

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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