La mayoría (50,72%) de los adultos mayores
participantes en el estudio presentaron riesgo de malnutrición, un pequeño porcentaje
(4,35%) está mal nutrido y el 44,93% está bien nutrido, situación que puede estar influenciada por los
siguientes factores:
- Un
altísimo porcentaje de los ancianos encuestados viven solos (97,10%), lo que en
parte condiciona el abastecimiento de los productos de consumo diario. En
general, el anciano que vive solo se
alimenta de productos ya elaborados y poco nutritivos.
- Un factor importante es la ingesta de
fármacos. El 85,50% de los encuestados consume diariamente más de 3
medicamentos y éstos pueden afectar el bienestar nutricional originando cambios
en la ingesta de alimentos y en la absorción de nutrientes.
- En
lo que atañe a la ingesta diaria de comidas completas, el 23,18% de los
encuestados consume solo dos comidas al día, sólo el 46,86% de los encuestados
incluye en su dieta proteínas y el 15,95% no consume diariamente ni frutas ni
verduras, condición que avala el alto porcentaje de riesgo de desnutrición
encontrado. Asimismo, en lo que respecta a la percepción de cada paciente
acerca de su estado nutricional, el 59,42% respondió estar bien nutrido y el
37,68% no lo sabe, situación que revela escasos conocimientos sobre su estado
nutricional, confirmado por su opinión sobre su condición de salud respecto a
otros adultos mayores conocidos.
- Otro
aspecto importante es el bajo consumo de líquidos. Menos de la mitad de la
población estudiada, manifestó beber más de cinco vasos de agua o líquidos al día
y un 24% de la población encuestada consume menos de tres vasos de líquido al
día, condición que afecta su estado nutricional y su estado de salud general.
El agua desempeña un papel esencial al contribuir a que el organismo procese
nutrientes, a tener una circulación normal y equilibrar los líquidos del
organismo, que con el proceso de envejecimiento tienden a desbalancearse.
Asimismo,
un 40% de la población que en el Cribaje
había sido catalogada como mal nutrida, en la evaluación global resultó
clasificada como con riesgos de malnutrición. Este hecho, se debe a que la
evaluación global se tomaron en cuenta no solamente aspectos físicos referentes
a la distribución de la masa corporal, tales como la circunferencia braquial y
de la pantorrilla, sino también algunos elementos subjetivos derivados de la
percepción y de la expresión de la realidad por parte del encuestado, como por
ejemplo sus niveles de autonomía, la calidad y la cantidad de la ingesta de
alimentos y bebidas, el consumo de de medicamentos y su apreciación acerca de
su estado nutricional.
Por último, es necesario destacar que si bien a
nivel nacional se realizaron entre los años 1994 y 2004 algunas investigaciones
orientadas a evaluar las condiciones nutricionales de varios grupos de adultos
mayores residentes en Carabobo, Caracas (damnificados) y Maracaibo, los
métodos, las ciudades, la condición del paciente (institucionalizado o no) y la
rigurosidad de cada estudio son bastante heterogéneas, lo que imposibilita la
realización de una comparación objetiva.(14)
CONCLUSIONES:
- A
pesar de que sólo un bajísimo porcentaje de la población estudiada está
malnutrida, el grueso de la población puede ser catalogada como con riesgos de
malnutrición, situación condicionada por diversos factores como la cultura, el
ingreso, la soledad y la ingesta de fármacos.
-
En el estudio se verifica la especificidad del género femenino en la población
estudiada.
RECOMENDACIÓN:
- Los resultados
obtenidos recalcan la necesidad urgente de implementar políticas destinadas a
atender el estado nutricional de los pacientes desnutridos o con riesgos de malnutrición
y a fomentar la educación nutricional de este grupo etario, lo que contribuiría
al mejoramiento de su estado de salud y por ende, de su calidad de vida.
Agradecimientos: Al Instituto Nacional de Servicios Sociales (INASS), por haber facilitado
sus Centros Ambulatorios ubicados en la Gran Caracas, lo cual permitió el
desarrollo de la investigación.