Se
incluyeron 21 pacientes que cumplieron con los criterios establecidos, 5 eran
mujeres (23,8%) y 16 hombres (76,2%) con edades comprendidas entre 27 y 82
años. La media de edad fue de 53 años con una Desviación Estándar (DE) de 12
años. El grupo de 45 a 64 años resultó el de mas integrantes con 71,4% (15
pacientes) (Tabla 1).
El 85,7% de los pacientes procedían de Caracas y del
estado Miranda. En 57,1% (12 pacientes) la EVC sufrida por el paciente era de
tipo isquémico y 42,9 % (9 casos) de tipo hemorrágico. Doce pacientes (57,1%)
tenían afectado el hemicuerpo derecho, 8 (38,1%) el izquierdo y un paciente
(4,8) presentó afectación de los 4 miembros. Con relación al grado de
espasticidad de estos pacientes, la mayoría (81%) fueron clasificados como
grado dos en un máximo de 4 (2/4), tres (14,3%) tenían grado 1 (1/4) y uno
(4,8%) un grado 3/4. La cantidad de toxina aplicada a los pacientes como dosis
inicial, varió entre 300 y 800 unidades. La media de tiempo transcurrida entre
la EVC y la aplicación de la toxina botulínica fue de 21,9 semanas (±10,3
semanas) con un mínimo de 11 semanas y un máximo de 44. La mayoría entre 11 y
20 semanas. Sólo dos pacientes (9,5%) habían tenido la EVC hacía más de 40
semanas (Tabla 2).
La
escala FIM de los pacientes al inicio del estudio, antes de la aplicación de la
toxina botulínica, fue la siguiente: el mínimo fue de 18 puntos en tres
pacientes y un máximo de 122 puntos en un paciente. La media fue de 47 puntos
con una DE de 30 puntos. Al evaluar el proceso de mejoría de los pacientes
posterior al tratamiento fisiátrico y al uso de toxina botulínica, empleando la
escala FIM, se encontró que de una media de 47 puntos, antes de las dosis
de toxina, al mes y medio el promedio
subió a un FIM total de 74 puntos (DE ± 26) y a 105 (DE ± 21) a los 3 meses.
Con
relación a las categorías de la escala FIM también fue observada mejoría. Por
ejemplo, al mes y medio el valor mínimo del FIM motor era de 28 y al inicio el
FIM era de 15. Cuando se evalúa la media de la escala FIM se comprueba un
aumento de ésta pasando a 61 puntos (DE ± 23 puntos) contra 40 puntos (DE ± 26
puntos) al inicio. Al referirse a la escala cognitiva aunque varió menos también
se verifica una mejoría ya que paso de una media inicial de 9 puntos (DE ± 5) a
13 puntos (DE ± 5) y 17 puntos (DE ± 4) al mes y medio y tres meses
respectivamente (Figura 1).
Figura 1. Escala
de FIM Total,
Motor y Cognitivo en pacientes con EVC antes
y después de la aplicación de toxina botulínica. Clínica de Espasticidad,
Centro Nacional de Rehabilitación “Dr. Alejandro Rhode”, Caracas, 2008-2009
Trece
pacientes iniciaron el uso de la toxina antes de las 20 o menos semanas y 8 después
de las 20 semanas de la EVC. La escala FIM de estos pacientes presentó puntajes
similares en ambos grupos. En el grupo con menos de 20 semanas la media de FIM
total, motor y cognitivo fue respectivamente: 48, 40 y 9 puntos; mientras que
después de 20 semanas era de 46, 40 y 9 puntos, respectivamente. Pero en ambos
grupo hubo franca mejoría verificado por aumento del puntaje en la escala FIM
tanto a nivel general, motor como cognitivo, incluso esa mejoría fue un poco
mayor en los pacientes que recibieron la toxina después de más de 20 semanas de
la EVC. Sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticamente
significativas entre ambos grupos (p>0,05 (χ2) en todos los
casos).
Cuando
se desglosan las categorías en la escala FIM motor también pudo observarse
franca mejoría de los pacientes comparando la evaluación inicial con aquellas
después de aplicada la toxina botulínica al mes y medio y a los 3 meses. Al
ingreso se verificó un bajo puntaje en todas las categorías pero ellas fueron
aumentando al mes y medio y más aun a los 3 meses (Figura 2).
Figura 2. Escala de FIM Motor, según categorías,
en pacientes con EVC antes y después de la aplicación de toxina botulínica.
Clínica de Espasticidad, Centro Nacional de Rehabilitación “Dr. Alejandro
Rhode”, Caracas, 2008-2009
Con
relación a la independencia funcional, antes de la terapia, 16 pacientes
estaban en las tres primeras escalas de independencia requiriendo desde una
ayuda media hasta una total. Después de cumplido el tratamiento fisiátrico y
aplicada la toxina botulínica la evaluación a los tres meses de esos pacientes
mostró una mejora de su independencia funcional. Ahora 18 pacientes estaban en
la escala 6 y 7 (independencia modificada y total, respectivamente), mostrando
que ocurrió una progresión hacia la mejoría de esos pacientes. De hecho ninguno
se encontró en las dos primeras escalas (ayuda total y ayuda máxima) a los tres
meses de aplicado el tratamiento (Figura 3).
Figura 3. Medida de la independencia
funcional en pacientes con espasticidad secuelar a EVC antes y después de aplicación
de toxina botulínica. Clínica de Espasticidad, Centro Nacional de
Rehabilitación “Dr. Alejandro Rhode”, Caracas, 2008-2009