En el presente estudio se mostró la existencia de una disminución significativa de la sustancia gris, la sustancia blanca cortical,
el volumen cerebral total e intracraneal en pacientes con DCL respecto a sujetos
control sanos. A pesar de que este estudio no está enfocado
en las variaciones por edad y sexo, las diferencias observadas en estos datos
son consistentes con lo que ya se conocía, ya que como describe Blatter, el
peso y el volumen cerebral disminuyen con la edad. Las variaciones de la población en el tamaño
cefálico han sido relacionadas con ciertos factores como la estatura, peso y
género. Está descrito que se puede lograr una reducción significativa en la
variación poblacional del volumen cerebral a través de la normalización con el
VIC(8). En nuestro estudio, la diferencia por género se
eliminó cuando las medidas se corrigieron para el volumen intracraneal. Además,
la desviación estandar de las medidas se redujo por esta corrección.
Un aspecto beneficioso de este estudio en
comparación con otros enfocados únicamente en el volumen hipocampal para el
diagnóstico de DCL y EA, es el hecho de asociar en el análisis otras
estructuras como el tálamo, núcleo caudado, putamen, amígdala y corteza
entorrinal. Esto puede resultar en mayor precisión de los resultados debido a
que la disminución del volumen del hipocampo también se observa en
parkinsonismo, esquizofrenia, alcoholismo y otras formas de demencia; así como
también hay disminución del volumen del núcleo caudado en la enfermedad de
Huntington (9).
El volumen hipocampal resultó menor en pacientes con DCL
respecto al grupo control, consistente con otros reportes. Este hecho es
importante para mejorar el pronóstico de la enfermedad y predecir de forma más
rápida el deterioro a EA y permitir así un tratamiento temprano efectivo. En este estudio no hubo diferencias
significativas entre el hipocampo derecho e izquierdo, lo cual concuerda con la
investigación de Elshafey (9).
Así
mismo, en otras estructuras del sistema límbico (amígdala y corteza entorrinal)
se obtuvo disminución del volumen en pacientes con DCL, hecho relevante
teniendo en cuenta que, además del hipocampo, la amígdala y las cortezas entorrinal
y perirrinal son componentes elementales del sistema de memoria del lóbulo
temporal. El daño a estas regiones provoca un deterioro de los recuerdos de
hechos y eventos. Estudios histopatológicos como el de Insausti han demostrado
daños de dichas cortezas en trastornos tales como la EA y epilepsia del lóbulo
temporal, que en parte puede explicar el deterioro de la memoria asociado
comúnmente con estos trastornos (10).
Estos resultados son similares a lo reportado
por Varon(11), quien demostró que la atrofia mínima de la corteza
entorrinal es la primera en inciarse y ocasiona mayor déficit funcional que la
atrofia mínima del hipocampo, así como también la combinación de ambas resulta
aditiva y potencia aún más el deterioro cognitivo.
En la presente investigación, así como también en un
estudio realizado en Tailandia por Suphaphong(12) se obtuvo
disminución del volumen de la amígdala en pacientes con DCL, remarcando la
importancia del volumen de esta estructura en el diagnóstico del déficit
cognitivo.
Por su parte, la corteza
entorrinal izquierda resultó mayor que la derecha, hecho atribuible a la
combinación de las cortezas perirrinal y temporopolar, que forman la mayor
parte de la cara medial del lóbulo temporal anterior, la cual es más grande en
el hemisferio izquierdo que en el derecho(10).
En nuestra investigación obtuvimos disminución
volumétrica significativa del tálamo, núcleo caudado y putamen en pacientes con
DCL. Esto se correlaciona con los
hallazgos de Zarei(13), donde demostró que la gran red neuronal alterada en DCL y EA abarca también
sustancia gris profunda, particularmente, se ha confirmado la atrofia y pérdida
neuronal del tálamo y los ganglios basales. En el estudio de Jong(14),
se encontraron volúmenes de putamen, núcleo caudado y tálamo reducidos
significativamente en los pacientes con DCL, y la disminución del volumen
correlacionó linealmente con la alteración del rendimiento cognitivo global.
Según Moretti estos hallazgos sugieren fuertemente que los procesos
degenerativos en los ganglios basales y el tálamo pueden contribuir
notoriamente al deterioro cognitivo(15).
De
acuerdo al estudio de Keller (16), el volumen talámico disminuido en
pacientes con DCL refleja el papel crucial del mismo en las funciones
cognitivas, así como también sensoriales y motoras, es por ello que ha sido
gran objeto de investigación en la
neurociencia.
Conclusiones: La RM parece ser un apoyo fiable para el diagnóstico del déficit
cognitivo, y puede revelar atrofia cortical, disminución del parénquima y el
volumen del hipocampo, corteza entorrinal, amígdala, tálamo, núcleo caudado y
putamen. Está demostrado que los volúmenes
cerebrales por RM, en particular los obtenidos en los lóbulos temporal y
parietal, permiten la diferenciación precisa entre los individuos con DCL, EA y
aquellos cognitivamente sanos. Lo cual
podría aumentar la eficiencia de los tratamientos
clínicos y disminuir el retardo en la institucionalización.