Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
Buscar




Artículos
 



Periodismo Científico
Virus de Papiloma Humano se disemina por falta de información

La desinformación le pesa a Paula

Paula recuerda el momento en que unas protuberancias aparecieron en su zona genital. Nerviosa, afirma que ella asoció esas formas salientes con sus frecuentes abscesos, usual infección en algunos de sus vellos pelvianos, por lo cual le restó importancia. Ella asegura que jamás imaginó lo que advertía su organismo.

Quien se encargó de alertarla fue su ginecóloga. A Paula le indignó como le informaron su patología: "me dijo que tendría un virus para toda la vida y que si no me cuidaba me daría cáncer".

Desde que escuchó la anterior frase ha pasado más de un año y ella todavía está preocupada porque no conoce teóricamente al VPH y sólo sabe "que tengo algo y debo cuidarme, pero necesito saber más".

Ella estudia Comunicación Social en la UCAB y le diagnosticaron el virus a finales de octubre de 1999. A pesar de su "obsesión" por evitar un embarazo (utiliza tanto la inyección anticonceptiva como el condón), no escapó a la infección viral, de la que jamás había oído hablar.

Escasos encuentros amorosos desprotegidos fueron la entrada de las que se valió el VPH para infectar a la universitaria. Ella afirma que sólo mantuvo "dos o tres" relaciones sexuales sin el uso del preservativo con su actual pareja.

Sus manos no dejan de moverse y su voz expresa una inquietud enorme mientras afirma haber hostigado a su ginecóloga con preguntas acerca del virus, pero ésta nunca le ha respondido. Paula interpreta que el carácter feminista de su médico origina que ésta piense que toda aquejada con cualquier enfermedad debería valerse por sí misma en lo referente al conocimiento de su patología. Mas ese razonamiento, todavía no es suficiente para la nerviosa Paula, quien acelera aún más el ritmo de su conversación para que las palabras no exploten antes de ser dichas.

Paula no puede evitar quejarse y reclama que si su ginecóloga "es una profesional de la medicina debería informarme como paciente, es lo lógico", pero todavía esa frase no ha sido atendida y cada una de las palabras de la ucabista demuestran la rabia de estar desinformada.

Mas las criticas no sólo están enfocadas hacia la médico de la morena joven. Paula no entiende como a su novio nunca le comunicaron sobre su padecimiento. Ella afirma que a él le erradicaron unas verrugas de su zona genital cuando Adrián en 1993, pero al joven jamás le comunicaron que la causa de esas protuberancias se debía a un virus transmitido sexualmente.

La detección del VPH en Paula hizo que su novio confesara que había asistido a unas sesiones de tratamiento para erradicar sus desaparecidas lesiones. Paula no duda en la sinceridad de su compañero, pero sí cuestiona a los médicos "quienes son incapaces de informarte".

Preguntas

Paula se preguntaba cómo se vería afectada su vida sexual. Al respecto, la investigadora venezolana Gloria Premoli de Percoco afirma que sólo debe haber abstención cuando las lesiones son tratadas, ya que pudiera producirse dolor, abrasión e incluso sangramiento.

En cuanto al uso del preservativo, Premoli indica que no todas las portadoras están obligadas a usar el condón (a menos que éste se utilice para evitar un embarazo). Explica que la utilización del preservativo en una pareja monogámica infectada es innecesaria, dado que los dos ya tienen el virus.

El que sale perdiendo es el sexo oral. La jefa del Centro de Investigaciones Odontológicas señala que no es recomendable. Afirma que si bien la mucosa bucal se defiende mejor del VPH, éste también pudiera infectar esa zona sí se producen microfisuras que permitan la entrada del virus.

En cuanto a las transfusiones de sangre, Premoli señala que no existe razón para que las infectadas dejen de donar el vital líquido, ya que el VPH no circula por vía sanguínea.

¿Noción de intimidad o miedo al rechazo?

Paula dice que en sus pensamientos nunca aparecieron ni la depresión ni la culpabilidad. Sin embargo, ella jamás confesaría su enfermedad a sus amistades y familia porque la noción de privacidad le impide que ella anuncie su padecimiento.

Para Paula, el VPH no significa ni un trauma ni una marca, pero eso "es parte de mi vida íntima y nadie tiene que enterarse de eso", según afirma. Pero, si en el fondo ella no temiera ser rechazada, podría aliviar la tensión que ha producido la detección del virus comunicando su enfermedad a alguno de confianza.

Sus padres no conocen su infección. No se los ha confesado por vergüenza y también porque ella quizá no quiera escuchar el discurso moralista que eleva la virginidad en la soltería. Quizá en sus oídos retumbarían palabras de otros que se jacten de haber tenido la razón. Quizá le resulte difícil aceptar que si hubiera acatado la abstinencia, como consejo sexual de quienes le dieron la vida, no tendría que esconder el padecimiento de una enfermedad de transmisión sexual.

Los bolívares se van de las manos

Paula reconoce que el VPH es una enfermedad que necesita del dinero para ser combatida.

El sabor de la independencia económica ha originado en la ucabista cierto rechazo por el dinero que proviene del esfuerzo de su progenitor. Aunque la universitaria subsista en la actualidad gracias a ese sueldo de la cabeza de familia, ella confiesa que "mi papá no tiene la culpa de mi conducta sexual y por eso no debe pagarme el tratamiento"

Ella llegó a esa conclusión faltando una sola sesión para culminar la erradicación de sus lesiones. En un principio, su padre si canceló el monto de todas las consultas ginecológicas, pero cuando los gastos fueron incrementándose ella consideró una imprudencia continuar pidiendo dinero. Aunque reconozca que su padre no menoscabaría el monto a pagar para asegurar su perfecto estado de salud, Paula no quiere aceptar más esa ayuda económica porque "él sabe que tengo una infección, pero no VPH".

Si ella internalizara que la total eliminación de sus verrugas genitales es sumamente importante, no sería tan grande la ofensa de solicitar un justificable dinero a los autores de sus días. Pero sucede que Paula no se siente enferma, porque "incluso se me olvida lo del VPH", sin saber que un inadecuado tratamiento puede influir para la aparición de una recidiva o una vuelta de las manifestaciones del VPH en corto período de tiempo. En estos casos, el remedio es mejor que la enfermedad.

Introducción
El rostro del virus
Las trampas del VPH
Enfermedad de Transmisión Sexual
Patología inconfesable
Tres vidas en un solo cuerpo
VPH y Cáncer de cuello uterino
Armas para combatir la infección viral
Develemos al oculto VPH
El caso de María Mercedes
La desinformación le pesa a Paula

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
Elaborado por el Centro de Análisis de Imágenes Biomédicas Computarizadas CAIBCO,
caibco@ucv.ve
Este portal ha sido desarrollado gracias al apoyo del Fonacit