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ISSN 1317-987X
 
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Periodismo Científico
Virus de Papiloma Humano se disemina por falta de información

Armas para combatir la infección viral


A pesar de que en la actualidad no exista cura para eliminar al VPH del cuerpo humano, se cuenta con tratamientos para erradicar sus manifestaciones, pero que no hacen desaparecer al virus porque éste puede volver a producir incomodidades en la zona genital de la infectada.

Las armas para combatir al virus son varias y son aplicadas de acuerdo con el grado de la lesión de la paciente. Pueden dividirse en tratamientos químicos, de destrucción de tejidos, inmunológicos y quirúrgicos, según explica la ginecóloga de OBE, Cecilia Lozada.

Ella manifiesta que el objetivo central del tratamiento de la infección por VPH es por un lado, evitar molestias y desfiguración genital que producen las manifestaciones macroscópicas del virus, y por el otro, eliminar las células infectadas en las que se hayan presentado alteraciones citológicas que puedan, en el mediano o largo plazo, sufrir una transformación maligna.

Asimismo, la ginecóloga afirma que toda paciente a quien le haya sido diagnosticado VPH, también su pareja debe asistir al médico (urólogo, dermatólogo o ginecólogo) para chequear su zona genital y así cerciorar si padece de manifestaciones del virus, con el fin de tratarlas.

De acuerdo con el artículo "External Genital Warts: current and new therapies", escrito por A. Ferenczy y G. Von Krogh y publicado por el Curso europeo de patología asociada al VPH (ECHPV), en abril del año 2000, las verrugas genitales externas pueden ser eliminadas gracias a diversos métodos, como son el ácido tricloroacético, la podofilina, el 5-fluoracilo, el láser, la crioterapia, la electrocirugía, la extirpación quirúrgica y los interferones.

Por su parte, Leonardo González, cirujano general y oncólogo venezolano, en su obra "Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento del papiloma humano (VPH)", publicada en el año de 1993, también menciona los mismos tratamientos, con la salvedad de que algunos de ellos pueden ser aplicados en las lesiones subclínicas del virus.

En esta línea, el ácido tricloroacético se vale de su composición química para lograr la disolución de las desagradables protuberancias, mas no es conveniente que sea sobreaplicado porque puede generar en la paciente un dolor excesivo, ulceraciones y hasta cicatrices, según advierte el artículo del ECHPV.

Por su parte, la podofilina, con más de 45 años de existencia en consultorios ginecológicos, impide que el virus siga multiplicándose al interferir con la división de células infectadas. Sin embargo, se ha descubierto que este tratamiento no evita que las lesiones regresen en un corto período de tiempo y además produce problemas de toxicidad sistémica y local.

El 5-fluoracilo neutraliza a las células infectadas, pero puede ocasionar úlceras crónicas en la vagina, dependiendo de su dosis y tiempo de aplicación, según afirma Leonardo González.

Los anteriores tratamientos utilizan los beneficios de la química para luchar en contra del virus, mientras que la crioterapia, la electrofulguración, la electrocirugía y el láser CO2 son combatientes que se valen de la temperatura y de la electricidad para destruir tejidos dañados por causa del VPH.

La crioterapia se vale del frío para congelar las manifestaciones del virus y su efecto más adverso es el dolor durante su aplicación, según indica la publicación del ECHPV. Por su parte, la electrocirugía y la electrofulguración utilizan el calor que genera la energía eléctrica, mas deben ser utilizados cuidadosamente ya que el primero puede producir cortes profundos en la piel o dermis, según indica el artículo del viejo continente y el segundo lleva consigo el riesgo de que las fosas nasales del médico se contaminen, dado que el humo desprendido del tejido que se está destruyendo, puede deslizar ADN viral, según advierte Leonardo González.

Ambas publicaciones otorgan méritos a la terapia con láser CO2. Gracias al haz de luz se produce la erradicación del tejido alterado con gran precisión, de acuerdo con González. Por su parte, el artículo del ECHPV afirma que como el rayo láser es suministrado utilizando un micromanipulador o un aparato de mano magnificado, se previene la eliminación de excesivas cantidades adyacentes a los tejidos lesionados.

Otra arma que pueden utilizar los seres humanos para combatir al intruso viral son los interferones, los cuales fueron descubiertos en 1957 y utilizados por vez primera en 1972, tal y como indica González. Este tratamiento trabaja con el sistema inmunológico, con el fin de modular la respuesta inmune al tener una capacidad antiviral y antiproliferativa, según indica una publicación del XII Congreso Venezolano de Obstetricia y Ginecología, celebrado en el año de 1992.

El interferon se viste en forma de ampolla y puede entrar al organismo de la infectada por vía intralesional o intramuscular. Behrenis Alfonzo, la ginecóloga de ucevistas, indica que este tratamiento se utiliza como "terapia coadyuvante", es decir luego de que otras modalidades hayan sido aplicadas y no se vea una mejora en la paciente.

Al respecto, Manuel Martí, ginecólogo del Hospital Vargas, explica que los interferones ayudan a producir una respuesta orgánica hacia el sitio en que haya sido inyectado, por lo cual se genera una defensa en contra del VPH.

El galeno advierte que si bien se controla la condición de la paciente, no significa que el virus desaparezca del cuerpo humano. Según indica el ginecólogo, esta sustancia es idónea para infectadas con recidivas recurrentes o con problemas degenerativos o de inmunosupresión, ya que el sistema inmunológico no está en buenas condiciones, por lo cual el virus puede actuar a sus anchas.

Si una mujer infectada con VPH lleva en su vientre otra vida, no todos los métodos de combate son recomendables. Para Luis Alberto Carrillo, las lesiones durante el embarazo pueden tratarse "en parte y hasta es preferible esperar a que el niño nazca para erradicar por completo las manifestaciones".

Según el médico si existen los llamados condilomas o "crestas de gallos que se parecen a un coliflor" tanto en la zona interna y externa de los genitales, es difícil tratar a la paciente por su estado. En esta línea, el ginecólogo afirma que lo conveniente es erradicar las manifestaciones clínicas, pero si no es posible, se espera hasta el nacimiento del niño.

Por su parte, Behrenis Alfonzo asegura que toda lesión del VPH durante el embarazo es tratable, pero no deben utilizarse métodos con efectos secundarios, tal como la podofilina y el 5-fluoracilo.

Futuro esperanzador

En abril del 2000, Julieta de Bello y María Correnti se encontraban en Francia. Aun cuando a un venezolano corriente el país europeo le sea sinónimo de placer y de vacaciones, las dos mujeres decidieron tomar un vuelo de más de ocho horas no para disfrutar de la Torre Eiffel y de los Campos Elíseos, sino para actualizarse sobre la patología productora de verrugas y condilomas, en el último Congreso Mundial acerca del VPH en genitales.

En Francia, Bello realizó una inversión de 500 dólares. En París, la médico decidió comprar un producto llamado imiquimod, que en la actualidad es la terapia aprobada por la FDA como la más resistente para combatir las lesiones producto del enemigo viral, con el fin de suministrarlo a una de sus pacientes, sin recursos económicos como para pagar el costoso tratamiento.

En su consultorio caraqueño, la ginecóloga opina que "si este avance está agotado en Estados Unidos es porque realmente es muy bueno". El imiquimod, según ella explica, maneja la parte inmunológica de la infectada y, junto con tratamiento médico, destruye grandes lesiones y "al parecer" el virus no vuelve a manifestarse.

Ella no tiene experiencia con el producto, pero como "todos los estudios son favorecedores", lo va aplicar a una infectada para probar la eficiencia del método, según dice.

En cuanto a las vacunas, en el laboratorio de Genética Molecular del Instituto de Oncología y Hematología Correnti indica que tres grandes compañías farmacéuticas internacionales, dígase Cavtab, Medimune y Merck están realizando investigaciones y pruebas para la eliminación total del VPH en el organismo de infectados. Ella indica que Cavtab está probando dos tipos de vacuna: una que ataque a los tipos virales 16 y 18 y otra que sea la destructora del enemigo viral que lleva el apellido 6.

Medimune también trabaja en contra de las cepas del VPH productoras sólo de verrugas, pero a diferencia de Cavtab, esta compañía desea eliminar al intruso identificado con el número 11.

A Correnti la vacuna que le parece más interesante es la que está desarrollando la empresa Merck porque pretende destruir tipos de bajo y alto riesgo oncogénico, ya que tiene como blanco los tipos 6, 11, 16 y 18.

Correnti aclara que si bien cada compañía "tiene especificidad" para determinados tipos de VPH, la vacunación masiva debe provenir de una sola sustancia que "por lo menos cubra la parte más dañina como son los virus relacionados con neoplasia y cáncer" y a la vez que sea efectiva para la mayoría de las personas.

Sin embargo, por los momentos esas aliadas del hombre y enemigas del VPH todavía están en fase de experimentación. Correnti dice que en el Congreso se hablaba de un período de tres años para que las vacunas pudiesen estar en la calle, lo cual debería tomarse con reserva.

Introducción
El rostro del virus
Las trampas del VPH
Enfermedad de Transmisión Sexual
Patología inconfesable
Tres vidas en un solo cuerpo
VPH y Cáncer de cuello uterino
Armas para combatir la infección viral
Develemos al oculto VPH
El caso de María Mercedes
La desinformación le pesa a Paula

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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