Algunas mujeres tiemblan cuando se habla del cáncer de cuello uterino. Esta enfermedad ha sido relacionada estrechamente con el VPH, lo cual no significa que ambas patologías sean hermanas o que sus nombres sean sinónimos.

En un principio, nadie se despierta con cáncer de cuello uterino. Antes de que éste sea considerado como tal debe pasar por tres etapas, las cuales producen manifestaciones pre-malignas. Estas lesiones, según explica el ginecólogo Luis Spagnuolo, han sido clasificadas como neoplasias intraepiteliales cervicales (NIC) grado 1, 2 y 3, las cuales se diferencian entre sí por el número de células insubordinadas o atípicas encontradas en ese lugar propio del cuerpo femenino.

Para Luis Spagnuolo, "no es casualidad que en un 90% de los casos se consiga VPH en las lesiones neoplásicas de cuello uterino, por lo cual, no es una relación casual sino una causalidad", y de allí la importancia del chequeo ginecológico anual.

Según el galeno, todas las investigaciones han arrojado que los tipos 16 y 18 son los más frecuentes en las mujeres que padecen tanto de lesiones pre-malignas como de cáncer, dado al carácter oncogénico de estas cepas para producir cambios genéticos que alteran la expresión y función de las proteínas encargadas del control del crecimiento y división de las células.

Esos desórdenes celulares al ser detectados a tiempo –a través de una citología- pueden ser combatidos, con lo cual se evitan las causas de una fatalidad, un entierro y un luto.

Pero no todas las mujeres han estado conscientes de la importancia del chequeo ginecológico anual. Las cifras del Ministerio de Salud y Desarrollo Social demuestran una triste realidad: el cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte –por cáncer- en la población femenina venezolana, con un porcentaje de más de un 18% en la torta de todas las enfermedades cancerígenas.

Las estadísticas del Programa Nacional de Oncología del mencionado organismo público, revelan que para el año de 1996, se reportaron 3.406 enfermas con la patología, de las cuales 1.396 murieron.

Al interpretar esos rojos números, se infiere que en Venezuela cada día 3 mujeres mueren a causa de un mal, que en sus inicios es curable. Tal situación al mexicano Arnaldo Bañuelos, epidemiólogo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con sede en la capital caraqueña, le resulta indignante.

En torno al VPH, Bañuelos manifiesta que la OPS no tiene una posición en cuanto al papel de la infección viral en el desarrollo de un cáncer cervicouterino, dado a que la vinculación entre ambas enfermedades es un problema científico y la función organismo internacional es prestar servicios técnicos Ministerio de Salud y Desarrollo Social para la prevención de la patología, porque "es molesto que se mueran mujeres por cáncer de cuello uterino".

Por su parte, Arévalo Velandia, ginecólogo de la Sociedad Anticancerosa, considera que este tipo de cáncer podría considerarse como una "enfermedad contagiosa" dado a que el VPH es el principal factor de riesgo.

Velandia advierte que un "70% de la población adulta, sexualmente activa, en el mundo está infectada con el VPH" pero eso no significa que ese porcentaje vaya a padecer de cáncer, debido a que deben sumarse otros factores –además del virus- que incidan en el desarrollo de la patología, como son "el hábito de fumar, la promiscuidad, inicio sexual a temprana edad" y por último no llevar un control citológico.

El ginecólogo de la Sociedad Anticancerosa afirma que en Venezuela la patología afecta principalmente a mujeres entre la tercera y cuarta década de vida, por lo cual la muerte de la fémina puede golpear fuertemente a su familia, la cual, probablemente, no se haya consolidado por la existencia de niños pequeños que se han quedado huérfanos: "una tragedia que pudo prevenirse con una citología anual", como manifiesta el médico.