Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Psiquiatría
El puente entre el observar y el explicar. Subjetividad y objetividad en el pensar científico y su relevancia en las psicoterapias

El caso de los rayos de Nancy

Me referiré ahora a otro ejemplo histórico, que también ilustra la presencia de la subjetividad en un campo considerado como muy objetivo y concreto, el de la Física.

Ahora nos ubicaremos en la época heroica del florecimiento de la Física nuclear. El tema más importante de la investigación del momento era el de las radiaciones ionizantes. Francia mantenía con orgullo merecido la imagen de abanderada: los esposos Curie, Becquerel, eran ya inmortales, y un buen número de establecimientos científicos seguían marcando pautas desde su territorio.

Entre ellos, en Nancy, Monsieur le Professeur René Blondot (1849-1930), en medio de la efervescencia de nuevos descubrimientos lograba otro galardón para el país: un nuevo tipo de rayos (Blondot, 1903). Con muestra de fervor patrio y en honor a la ciudad, los denominó Rayos N.

En medio del júbilo nacional, los laboratorios franceses se aprestaron a estudiar las propiedades de las novedosas radiaciones. En múltiples laboratorios fue 1ograda la descripción de sus propiedades y sus posibles usos. Quedaron descritas la capacidad de los rayos para atravesar distintos materiales, sus características de difracción en prismas de aluminio y otros materiales, su absorción por el agua, su acumulación en materiales inorgánicos - bloques de ladrillos- y orgánicos, etc., y todo fue documentado repetidamente por numerosos registros objetivos y fotográficos.

Día a día se describían y encontraban más fuentes naturales de los rayos - se observó su emisión hasta por organismos muertos (Charpentier, 1903)-, y se estudiaron sus efectos sobre los seres vivos lo cual llevó a descripciones de aplicaciones terapéuticas diversas en medicina, en agronomía - mejoramiento de semillas, etc.-.

Blondot fue colmado de honores. L'Académie des Sciences lo honró en forma particular y los medios académicos franceses se abocaron a extender los estudios sobre los Rayos N. Pero en otras latitudes las cosas empezaron a no marchar bien. Los laboratorios foráneos poco a poco fueron observando resultados dispares. Al principio mostraron tímidamente alguna que otra discrepancia a las cuales los franceses parecían responder con nuevos hallazgos, los cuales les permitían mantener una posición de poder y desafío. Toda la nación científica respondió... ¿Es que acaso dudaban de la verdad de los resultados?... Estaban seguros de su verdad, pues, ¿Cómo podrían estar errados Blondot y un número tan importante de científicos de insigne y probada talla? Así, menospreciaron las inquietantes preguntas que cada vez surgían a voces más altas.

Evoca tristeza el destino que encontraron tantas ideas e ilusiones, la profunda humillación que el trabajo de un joven científico de Johns Hopkins, el doctor Robert Williams Wood (1868 - 1955) hubo de producir en el mundo de la Física francesa. Sin la historia, brillo ni la fama de sus colegas franceses, Wood parece que no encontró otro modo de hacerse escuchar que ir personalmente al laboratorio de Blondot. Con la actitud condescendiente de quien tiene la seguridad del error ajeno, el profesor Blondot y sus asistentes permitieron a Word asistir a los experimentos en curso... y uno a uno, Wood empezó a mostrar como cada observación derivaba de un error, de errores de principiantes inconcebibles en expertos maestros reconocidos como Blondot y sus colaboradores (Wood, 1904, 1959). El momento crucial llegó cuando el grupo obtuvo en presencia de Woods, un registro fotográfico de la difracción de los Rayos N producida al atravesar un prisma de aluminio. Era un espectro de difracción obtenido de rutina una y otra vez en todos los laboratorios. Obtenido el registro como evidencia, y presentada la placa fotográfica típica al visitante, todos quedaron atónitos al mostrar a su vez Wood que en un descuido de los colegas, había quitado el prisma de aluminio del aparato y lo sacaba en ese momento de su bolsillo. El registro observado era por lo tanto un artefacto.

Es de imaginarse la tensión en los medios académicos de aquellos días. Los Rayos N no tuvieron existencia fuera de las producciones mentales privadas y colectivas de un prominente grupo de honestos hombres de ciencia. Después de Wood el globo se desinflo. Los resultados que antes todos habían observado, dejaron de reproducirse cual acto de magia. Las fotografías y registros que todos habían observado y reproducido, no eran ya obtenibles y dejaron de producirse. L'Académie debió dolorosamente abrir una investigación y Blondot con pesar, tuvo reconoció públicamente su error y devolvió sus condecoraciones. Fue una experiencia dura que no le permitió recuperarse. Puede decirse que quizás en ese terreno tampoco Francia se recuperó y ya nunca volvió a ser la misma.

Introducción
El método y el pensamiento científico en el psicoanálisis
E caso de las descargas neuronales
El caso de los rayos de Nancy
La importancia de la elección de la teoría en la explicación de los hechos observables
El poder fabuloso de la "convicción"
El observar, concluir y un experimento de niños
La naturaleza de las proposiciones psicoanalíticas
La necesidad de explicaciones empíricas en el campo de la clínica
Bibliografía

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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