La eliminación de los alergenos presenta algunas dificultades y requiere el desarrollo de destrezas por parte del médico y del paciente. A continuación enumeramos algunas consideraciones que deben tenerse presentes:

• No todos los alergenos son la causa de enfermedad en todos los pacientes. De lo anterior se deduce que deben individualizarse las recomendaciones según cada caso.
• Es inusual que los alimentos sean causantes de rinitis o asma en ausencia de manifestaciones alérgicas gastrointestinales o cutáneas³. Por ello, en los niños, la eliminación de alimentos indispensables para su crecimiento y desarrollo no debe realizarse de rutina. De ser posible, en caso de duda, se recomienda establecer una relación causa--efecto mediante la provocación controlada. Por otra parte, la alergia a los alimentos como la leche, suele resolverse espontáneamente en los primeros 3 años de edad^3,4.
• La identificación de los alergenos responsables puede realizarse mediante un interrogatorio acucioso, que establezca el vínculo entre la exposición y la aparición de síntomas "inmediatamente" (10-30 min.), o con la determinación de IgE específica.
• El paciente debe concienciar sobre los agentes que le afectan o no colaborará con su eliminación. La destreza del médico y su dedicación son fundamentales para lograr este objetivo.
• El control de cada alergeno implica técnicas específicas, aun cuando sólo algunas recomendaciones poseen suficiente evidencia científica de soporte⁵. Esas técnicas pueden obtenerse de la literatura o ser motivo de otro número de Noticias en Alergia.
• El control ambiental orientado a cada paciente es la única forma de curar la alergia de la vía respiratoria. Las recomendaciones pertinentes deben acompañar a cualquier modalidad terapéutica seleccionada. Es frecuente observar a pacientes tratados con medicamentos excelentes, presentar recurrencia de sus manifestaciones clínicas al suspender el tratamiento farmacológico e igualmente, posterior a la reducción quirúrgica de estructuras como los cornetes.