La histamina es un mediador inflamatorio de gran importancia, debido a sus múltiples efectos y la gran cantidad que es liberada por los mastocitos (2-5 picogramos por cada célula)⁶.

Los antihistamínicos son considerados por la mayoría de los autores como la primera línea de tratamiento en las enfermedades alérgicas y especialmente en la RA⁷.

Se pueden describir dos modalidades para su utilización. Una forma es administrar el antihistamínico poco tiempo después de la aparición de los síntomas, con la finalidad de brindar alivio de los mismos. En este caso se recomienda emplear antihistamínicos con rápido inicio de acción.

Sin embargo, los antihistamínicos son más eficaces como agentes profilácticos, para lo cual, se requiere administrarlos regularmente⁸. Para esta segunda modalidad se recomienda emplear antihistamínicos no sedantes y de cómoda posología (una vez al día)⁹.

Los leucotrienos, particularmente los cisteinyl leucotrienos (LTC₄, LTD₄ y LTE₄), son importantes por la potencia que exhiben, su efecto sobre la permeabilidad vascular y el edema e incluso en la atracción de eosinófilos^10,11. En la respuesta alérgica, los mastocitos, eosinófilos y basófilos son la principal fuente de estos mediadores^12,13.

Actualmente se está evaluando la asociación de un antihistamínico con antagonistas de receptores de leucotrienos para mejora la eficacia del tratamiento en la RA¹⁴.

Otros productos orientados a evitar la fase temprana de la respuesta alérgica como el cromoglicato y el nedocromil (cromonas), interfieren con la degranulación mastocitaria a través del bloqueo de canales de cloro, impidiendo la hiperpolarización de la célula, necesaria para permitir la entrada de calcio hacia el citoplasma¹⁵.

Algunos antihistamínicos han demostrado, igualmente, la capacidad de interferir con la degranulación de los mastocitos^16,17,18.

Además de los mediadores mostrados en la figura 4, los mastocitos producen y liberan al tejido circundante varias enzimas y citocinas de gran importancia¹⁹. La figura 5 resume los efectos fisiopatológicos de los mediadores de los mastocitos y las acciones más importantes de las enzimas y citocinas producidas.

Las Interleucinas IL-5 y GM-CSF ejercen efecto sobre los eosinófilos (ver más adelante) y la IL-1 e IL-4 actúan en células endoteliales promoviendo la expresión de algunas moléculas que permiten la adhesión y migración de eosinófilos y otros leucocitos desde la circulación. La IL-4 e IL-13 (ambas producidas por mastocitos)¹⁹, pueden contribuir con la IL-4 de los linfocitos Th2 en el estímulo para la producción de IgE por parte de los linfocitos B. Nuevas formas de tratamiento se enfocan sobre estos aspectos y pueden estar disponibles en un futuro cercano (ej. anticuerpos anti IL-5).