Infectología
Neutropenia Febril: una revisión del tema
Evaluación inicial del paciente con neutropenia febril
La
evaluación inicial del paciente neutropénico febril debe empezar
con un buen interrogatorio, para obtener información sobre el estado
del cáncer subyacente, así como la naturaleza, ciclo y curso
de quimioterapia recibida. Además, es de suprema importancia establecer
si el paciente esta recibiendo, profiláctica o empíricamente,
antibióticos, esteroides suprarenales, agentes inmunosupresores (Ej.,
ciclosporina, tacrolimus), factores estimulantes de colonia (Ej., G-CSF, GM-CSF).
También, es conveniente investigar sobre antecedentes de alergias a
drogas, previos procesos infecciosos y comorbilidad con enfermedades que pueden
aumentar el riesgo de infecciones severas (Ej., diabetes mellitus, insuficiencia
renal crónica). Es preciso un cuidadoso examen físico con particular
atención en áreas que pudiesen ocultar la infección,
como la cavidad oral, faringe, esófago, pulmón, región
perineal incluyendo el ano, piel, sitios de aspiración de médula
ósea, ojo (fondo de ojo), sitios de venopunción, catéteres,
y tejido periungueal.2, 5 También, debe considerarse la
presencia de infecciones concurrentes en otros pacientes hospitalizados en
la misma área.11
Al menos dos muestras de hemocultivos para bacterias
y hongos deben ser tomados en todos los pacientes. Si el paciente tiene un
catéter endovenoso, al menos una muestra debe ser tomada a través
del catéter y otra de sangre periférica. Para pacientes con
catéteres multilumen, un cultivo debe ser obtenido de cada lumen, identificándolo
claramente en la botella del cultivo.2, 5 La detección de
bacteremia se logra solamente entre el 19-40% de los pacientes neutropénicos
febriles.8, 12, 14 El examen simple de orina puede ser de utilidad,
pero debido a la ausencia de granulocitos, el examen microscópico de
la orina puede ser normal en presencia de infección del tracto urinario.
El urocultivo está indicado si el paciente presenta síntomas
o signos de infección, catéter urinario o uroanálisis
anormal.2
La mayoría de los pacientes con neutropenia
febril presentan radiografia de tórax normal. No obstante, la realización
de una radiografía de tórax es conveniente aún en ausencia
de síntomas respiratorios, pues sirve como línea de base para
comparar con próximos estudios radiológicos.2, 5
El examen de líquido cefalorraquideo no es recomendado como un procedimiento
de rutina, pero puede ser considerado si la infección del sistema nervioso
central es sospechada, recordando que la inflamación meníngea
y la pleocitosis pueden estar ausentes en pacientes neutropénicos con
meningitis.2 Adicionalmente, la hematología completa, pruebas
de funcionalismo hepático y renal deben ser obtenidos como parte del
plan de cuidado y vigilancia de toxicidad por drogas.2 En presencia
de diarrea, las heces deben ser examinadas para toxinas de C. difficile
y enteropatógenos.2 Es importante mencionar, que los fluidos
o sitios accesibles con infección potencial deben ser aspirados o biopsiados
si es posible, aplicándoles a las muestras obtenidas coloraciones específicas
para bacterias, microbacterias y hongos.2, 5
Las infecciones
de partes blandas, las relacionadas a catéteres, las infecciones urinarias
y la bacteremia, tienden a ser las infecciones más comúnmente
encontradas en pacientes neutropénicos febriles.2, 15
Algunos
clínicos creen que en ausencia de un foco identificable de infección,
la fiebre observada dentro de las seis horas de la administración de
un hemoderivado, es poco probable que sea de origen infeccioso.2
A pesar de esto y debido a las dificultades diagnósticas, los episodios
febriles que sean temporalmente asociados con la administración de hemoderivados
o con la administración de antineoplásicos, deben ser considerados
potencialmente infecciosos y tratados como tal.5 |