Infectología
Infecciones bacterianas asociadas al VIH/SIDA
Infecciones por bacterias Gramnegativas
Entre las
bacterias gramnegativas (Tabla 2) predominan las infecciones por Salmonella
sp., favorecidas por el déficit de las células T. Estas pueden
resaltar los síntomas gastrointestinales debido al mecanismo patogénico
del contacto ano-oral y falta de higiene. Además de la clínica
de diarrea, se pueden presentar como infecciones del sistema nervioso central,
bacteriemia; esta última puede preceder al diagnóstico de la infección
VIH. Estas infecciones por Salmonella sp. son recurrentes, a menudo
asociadas a otras salmonellas no tíficas (12,15,27-32).
Tacconelli E (1998) determinó que la salmonelosis en pacientes con VIH
en Italia, ocurre más frecuentemente en el estado avanzado de infección
asociado a desnutrición y concluye que un tratamiento acertado, oportuno
y prolongado ayuda a la curación de esta complicación (33).
Salmonella
enteritidis también se ha encontrado en estos pacientes, ocasionando
infecciones del tracto urinario tales como cistitis hemorrágica, prostatitis,
orquiepididimitis bilateral. Las mismas pueden aumentar su frecuencia en estos
pacientes, sobre todo con antecedentes de litiasis renal o tumores concomitantes,
al igual que sucede en personas no necesariamente inmunosuprimidas (27).
Figueredo
A (1998) encontró Salmonella enteritidis como primer agente
en bacteriemias en el Hospital Universitario de Caracas entre enero 1990 y diciembre
1995 en un grupo de 109 pacientes VIH positivos sobre los cuales se realizaron
372 hemocultivos. Infirió como puerta de entrada la vía intestinal
y situó la tasa de mortalidad por sepsis en un 35% (34).
Las
infecciones por el serotipo S. typhimurium se asocian también
al SIDA (al igual que en el lupus) se ha observado asociado a la drogadicción
parenteral, favorecidas por la desnutrición y disminución de la
acidez gástrica (30).
Crewe-Brown
et al (2000) en Sudáfrica encontraron un incremento de 17 casos (1992)
a 116 (1999) de bacteremia por Salmonella sp. en asociación
con un incremento en el diagnostico de infecciones por VIH, con un aumento de
la resistencia a los antimicrobianos; así sismo se determinó la
presencia del fago DT104 en S. typhimurium que condicionaba la multiresistencia
(35).
Las
infecciones por Shigella sp. son debidas también a déficit
de las células T y pueden preceder al diagnóstico del SIDA. Por
lo general, estos microorganismos son patógenos de la mucosa gastrointestinal.
La enfermedad diseminada es rara, y puede ocasionar bacteriemia entre 0.6 a
7% de los casos, dicha proporción aumenta en el SIDA y esta asociada
a sarcoma de Kaposi, y es recurrente y de causa desconocida. Hasta 1980 sólo,
se habían descrito 2 casos de bacteriemia por Shigella sp.,
asociada a tumores renales bajo tratamiento con azothioprina. Desde entonces
ha aumentado su frecuencia en prematuros, diabéticos, cirróticos,
anemia drepanocítica, con una mortalidad del 50%. En un trabajo realizado
en USA entre 1982-1986, Bassin et al (1987) encontraron que 37 de 790 pacientes
con SIDA e infección por Shigella sp. desarrollaron bacteriemia, 11 de
ellos la presentaron antes del diagnóstico del SIDA, en 3 fue simultánea
y 19 desarrollaron la diseminación posteriormente a dicho diagnóstico.
En la revisión de González et al (1991) (12) hubo un 5% de aislamientos
(4,5,31,36,37).
Entre
otros bacilos gramnegativos de la familia Enterobacteriaceae, se encuentran
las infecciones por Escherichia coli, generalmente adquiridas en la
comunidad y de tipo recurrentes sobre todo en niños. González
et al (1991) (12) determinaron un predominio de infecciones por enterobacterias
en el grupo de bacterias gramnegativas (46%) (4,13,15,32). También se
han descrito infecciones por micobacterias diferentes a Mycobacterium tuberculosis
en pacientes inmunosuprimidos con infección VIH (38).
Las
infecciones por Klebsiella pneumoniae se han encontrado asociados a
abscesos cerebrales, González et al (1991) encontraron a esta bacteria
en el 17% de sus aislamientos (12).
En
un Hospital de New York, Schlamm et al (1989) (39) revisaron durante un período
de 32 meses las historias clínicas de 51 pacientes con neumonías
por Haemophilus influenzae, y encontraron lo siguiente: 34 no eran
inmunosuprimidos, 23 tenían SIDA (67%), de los cuales un 26% había
tenido el diagnóstico previo de SIDA y 12% presentaron la neumonía
posterior al diagnóstico de SIDA.
Las
infecciones por Haemophilus influenzae tipo B tienen las mismas características
referidas a la infección por Streptococcus pneumoniae, como
la de responder satisfactoriamente al tratamiento. Actualmente en todo paciente
con neumonía por H. influenzae debe descartarse SIDA concomitantemente
(39).
Las
infecciones por Campylobacter sp. se diagnostican actualmente con más
frecuencia en pacientes con defectos de la inmunidad de células B (hipogammaglobulinemia),
concomitantemente esto dificulta la eliminación del microorganismo del
intestino. A esto se le suma el defecto de la inmunidad celular, representado
por la disminución en el número de células CD4 cooperadoras
a nivel de la mucosa intestinal. Pueden presentarse como infecciones persistentes
a nivel gastrointestinal (diarreas), y como bacteriemias secundarias. Se hace
necesario entonces investigar la presencia de este microorganismo en diarreas
recurrentes, y debe indagarse su presencia bajo análisis de biopsia o
estudio bacteriológico de todos los fluidos corporales que sean posibles.
Las reinfecciones por Campylobacter sp. son ocasionadas generalmente
por los mismos serotipos, y cuando son debidas a otros diferentes es más
difícil la recuperación clínica.
Los bacilos
gramnegativos no fermentadores son agentes causantes de infección en
pacientes inmunosuprimidos, que se aíslan con una frecuencia importante.
González et al (1991) (12) encontraron estos bacilos en el 37% de los
aislamientos, predominando Pseudomonas aeruginosa, bacteria que se
ha encontrado ocasionando otitis externa maligna en niños seropositivos
para VIH, además de infecciones de partes blandas, representadas por
úlceras de decúbito (5,31,40-42).
Recientemente,
Silva et al (2001) (43), en el Hospital Militar de Caracas, identificaron Pseudomonas
aeruginosa ocasionando ectima gangrenoso en región nasal en paciente
VIH positivo de 39 años de edad, con carga viral de 345.442 copias y
CD4 en 33 por mm3, en quien se había iniciado 15 días antes terapia
antiretroviral altamente efectiva (HAART, por sus siglas en idioma inglés),
observándose mejoría con la terapia antiretroviral más
la antibioticoterapia específica (65). Domingo P et al (1995) describen
un caso donde Acinetobacter lwoffii era causante de neumonía
adquirida en la comunidad (44).
Libanone
et al (1998) consideran a Burkholderia cepacia un patógeno emergente
con gran importancia clínica e implicaciones epidemiológicas en
Italia, predisponiendo a complicaciones en pacientes VIH positivos y con otras
condiciones de inmunosupresión, con gran resistencia a los antimicrobianos
(45,46).
Entre otras
bacterias gramnegativas, González et al (1991) (12) en su revisión
encontraron: Enterobacter cloacae en 5% de los aislamientos, Serratia
marcescens y Klebsiella oxytoca en 2% de aislamientos
cada una; todas ocasionando infecciones nosocomiales. Por último, Phillips
et al (1992) encuentran Neisseria meningitidis colonizando faringe
en pacientes seropositivos para HIV (4,5,15,16,31,47). |