Infectología
Infecciones bacterianas asociadas al VIH/SIDA
Infecciones por bacterias ácido-resistentes (BAR)
Las
infecciones por micobacterias (Tabla 3), son las que actualmente se describen
con mayor frecuencia, son favorecidas por el defecto inmunitario celular (déficit
de CD4) y por lo general son debidas a la reactivación de infecciones
previas (Mycobacterium tuberculosis, Mycobacterium avium complex -MAC-)
(48); aumentan su frecuencia en aquellas regiones donde, además del SIDA,
hay epidemiología para tuberculosis (África, Haití), y
son favorecidas por la desnutrición y drogadicción; también
aparecen en pacientes hospitalizados, en quienes la evolución es atípica,
predomina la clínica ganglionar, mediastinal o en cuello (49,50), y están
relacionadas al inicio de terapia antiretroviral entre 1 a 2 meses en pacientes
con contajes de células CD4 menores a 100 células por mm3.
En
otras regiones, como New York, Florida, Atlanta, predominan las infecciones
por MAC, con clínica localizada a nivel del aparato gastrointestinal
o diseminada en un 25 a 50% de los pacientes. Predominan las manifestaciones
extrapulmonares, con poca respuesta al tratamiento y el mismo no alarga la sobrevida.
Su clínica está referida al aparato gastrointestinal, hepático,
médula ósea, sistema nervioso central. Se ha aislado MAC en cultivo
de muestras de esputo, orina, heces y sangre. A estas muestras se les práctica
coloración de Ziehl-Neelsen (u otra como Auramina-Rodamina), se descontaminan
y se cultivan en los medios adecuados. Ante la sospecha de micobacteriemia deben
practicarse hemocultivos en los medios convencionales para el mismo; también
se practica inmunofluorescencia, estudio de cromatografía y de sondas
de ADN (51,52).
La
frecuencia de la infección por micobacterias no tuberculosas (mal llamadas
íatípicasí) ha aumentando en las tres últimas décadas,
favorecida principalmente por la inmunosupresión de cualquier etiología
y la ubicuidad del microorganismo. Actualmente el 43% de los pacientes con SIDA
en San Francisco (USA) presentan infección por MAC.
Una de las primeras evidencias de esta infección fue encontrada
en 1989, en un estudio realizado en el Departamento de Medicina y Patología
de un hospital de Los Ángeles, donde se investigó a 5 hombres
homosexuales, los cuales además de SIDA presentaban concomitantemente
infección por el hongo Pneumocystis carinii (actualmente Pneumocystis
jiroveci), sarcoma de Kaposi e infección por Cryptosporidium
sp., y todos tenían infección tisular diseminada por MAC
(pulmón, bazo y ganglios linfáticos).
En
Venezuela, Natera et al (1998) (53) y Suárez et al (2000) (54), observaron
un aumento de infección por micobacterias en niños del hospital
J. M. de Los Ríos de Caracas. Entre las patologías asociadas a
pacientes pediátricos, Suárez J et al (2000) (54), en el Hospital
J. M. de Los Ríos de Caracas, encontraron en un grupo de 169 niños
en el lapso 1994-1999, predominio de infecciones bacterianas del tracto respiratorio
inferior, entre ellas neumonías causadas por Mycobacterium tuberculosis
entre un 4- 8%. En este mismo año en Argentina, Barreda et al (55), encontraron
en la población de pacientes VIH positivos, que en más de la mitad
de ellos se presentaron manifestaciones de tuberculosis pulmonar como primera
enfermedad marcadora, lo que a su juicio los lleva a concluir que debe siempre
considerarse la posibilidad de coinfección tuberculosa en todos los pacientes
portadores de VIH. En Tailandia, los niños seropositivos para VIH son
uno de los grupos más afectados por infecciones pulmonares y diseminadas
por MAC con una elevada morbi-mortalidad atribuible a estas infecciones, haciéndose
necesario emplear la quimioprofilaxis contra este complejo micobacteriano una
vez que es realizado el diagnóstico de infección por VIH(56).
Menos
frecuentes son los aislamientos de Mycobacterium kansasii serotipo
1 y de M. scrofulaceum. Este último se ha encontrado también
en heces, por lo cual, al igual que MAC, se atribuye la puerta de entrada la
vía rectal. De allí la importancia del estudio de las heces (tinciones
de Ziehl-Neelsen, Kinyoun y tricrómicas, junto al cultivo), en busca
de estos agentes ácido-resistentes, que pueden presentarse causando infección
mixta, además de los coccidios intestinales. (4,5,7,8,38,48-71).
Entre
otras bacterias ácido resistentes, Lamfers et al (1987) (72), identificaron
a Mycobacterium leprae. Serrano J (1996) reporta infección por
nocardias, la cual puede ocasionar neumonía e infección diseminada
(73).
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