Julio-Septiembre 2009 39
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 




Microbiología
Staphylococcus aureus y alergias. ¿Mito o realidad?

Ejemplos de enfermedad atópica

Las formas clínicas más frecuentes de enfermedad atópica son: rinitis alérgica, asma bronquial, dermatitis atópica y urticaria. Las manifestaciones varían según la localización anatómica de la reacción de hipersensibilidad y su gravedad depende principalmente de la concentración de mastocitos presentes en las distintas regiones afectadas, razón por la cual la piel, la mucosa respiratoria y el tracto digestivo suelen ser quienes expresan síntomas más acentuados frente a estas reacciones.
Etiología de la Hipersensibilidad tipo I 
Son múltiples los agentes que se han descrito como desencadenantes de reacciones de tipo I. Así, entre las causas más frecuentes de este cuadro clínico se encuentran los fármacos, algunos alimentos, el látex, las picaduras de insectos, determinados parásitos, el ejercicio físico, los ácaros del polvo, pelos de algunos animales domésticos, el frío, el sol e incluso el agua. Todavía existe un porcentaje de casos cuya causa se desconoce. Los factores determinantes en el desarrollo de la patología alérgica son, entre otros:
Factores genéticos: el llamado genotipo alérgico radica en la existencia de variaciones en los genes productores de moléculas efectores de la respuesta inmunitaria. Ha sido descrito el polimorfismo de los genes codificantes de IL-10 e IL-13, lo cual produce elevados niveles de estas citocinas y promueve la diferenciación a células de tipo TH218. Entre otros factores, se evidencia la importancia de la sobreproducción de histamina cuando en un estudio se administró una dieta libre de esta amina a un grupo de pacientes alérgicos y se registró mejoría importante19.
Factores ambientales: este aspecto es aún controversial y se sabe de varios protagonistas ambientales en la alergia; entre ellos se encuentra la lactancia materna, la exposición continua al alergeno, contaminación ambiental y otros20.
Presencia de infecciones crónicas subyacentes: se conoce actualmente que la infección bacteriana juega un rol confuso en el curso de las alergias. Los estudios realizados al respecto indican que la infección bacteriana puede promover o inhibir las reacciones alérgicas, según las condiciones en que ocurra20. Sobre este punto se profundizará posteriormente.
Colonización e Infección por S. aureus 
Como se explicó anteriormente, este coco grampositivo arracimado, catalasa y coagulasa positivo es una bacteria de alto nivel de patogenicidad, debido a la gran cantidad de determinantes patogénicos que posee. Una de las principales características del estafilococo es la capacidad de producir toxinas, las cuales provocan la destrucción de leucocitos polimorfonucleares (PMN), inhiben el factor migratorio, aceleran el proceso de coagulación y también alteran su superficie celular con la intención de evitar la fagocitosis o la adherencia de los antibióticos. Todo esto es logrado al cubrirse con una sustancia denominada proteína A que facilita la adhesión a la fracción Fc del anticuerpo en lugar de la fracción Fab; limitando la fagocitosis por macrófagos o PMN21.

La hipótesis de la higiene plantea que el contacto temprano con bacterias puede prevenir el desarrollo de enfermedades atópicas. Esta hipótesis puede ser explicada por un desbalance de la respuesta inmunológica TH1/TH2. La interpretación inicial de la hipótesis higiénica está asociada con infecciones específicas durante los primeros años de vida, lo que conduce indudablemente a la maduración del sistema inmunológico en TH1 o TH2 (este último tipo de células, como se explicó, es el que se asocia con enfermedades alérgicas). Hoy en día se sabe que no sólo la exposición a microorganismos en el ambiente está involucrada en el desarrollo del sistema inmunitario, sin embargo, el padecimiento de una infección bacteriana a temprana edad suele producir un desvío de la respuesta inmunitaria hacia el tipo TH1, disminuyendo la probabilidad de expresar el fenotipo alérgico en caso de que exista su genotipo. Es necesario destacar la acción reguladora de células TH1 y de las células T supresoras (TH3), las cuales inhiben la función de otras células por contacto célula?célula o por secreción de citocinas como IL-10. Una regulación debilitada o inadecuada de las células T supresoras causada por una disminuida exposición a agentes microbianos, ofrece una alternativa para la explicación del incremento de la frecuencia de alergias, sin embargo los mecanismos inmunológicos plantean que la hipótesis presenta eslabones perdidos, dado que la determinación de la exposición a bacterias específicas durante la infancia suele ser complicada22. La infección bacteriana puede favorecer o perjudicar la historia de un paciente con hipersensibilidad. Estas infecciones bacterianas pueden favorecer o inhibir alternativamente el desarrollo de una inflamación alérgica. Este efecto paradójico entre el refuerzo o mejoramiento de reacciones alérgicas depende de la aparición temprana y continua de infecciones bacterianas o del fenotipo alérgico que presente el individuo afectado. Así, las infecciones bacterianas en la vida temprana pueden prevenir la expresión del fenotipo alérgico de un individuo que se encuentre genéticamente predispuesto, mientras que la aparición de una infección bacteriana en un individuo que ya desarrolló su fenotipo alérgico, agravará o exacerbará la respuesta alérgica. Este es el caso del S. aureus cuando origina una infección en un individuo con dermatitis atópica23. Como se expuso anteriormente, una regulación defectuosa o una falta de regulación de las células TH3 causada por una ausencia de exposición a agentes microbianos, ofrece una alternativa para la explicación del incremento de la frecuencia de alergias24.

Inmunomodulación mediada por antimicrobianos

Además de la interacción que tienen los antimicrobianos con el sistema inmune y los microorganismos patógenos para cumplir sus acciones terapéuticas, se ha encontrado que los mismos también pueden, mediante esta interacción, modificar los mecanismos específicos y no específicos de la inmunidad, produciendo un cambio en el sistema inmunitario de estimulación o supresión del mismo. Un estudio que permite evidenciar la relación del uso de antimicrobianos y el inicio de la respuesta alérgica fue realizado en Nueva Zelanda por David Broide24. En éste se demostró que la prevalencia de asma tanto en adolescentes como en niños se incrementaba hasta 4 veces en aquellos que habían recibido antibióticos, ya que los mismos promueven desórdenes en las respuestas alérgicas. El uso de antibióticos en los primeros años de vida promueve un cambio de la derivación de la respuesta TH1/TH2 hacia TH2 principalmente, afectando paulatinamente a la microbiota gastrointestinal. Este estudio permitió evidenciar tanto la derivación de la respuesta inmunológica hacia TH2, característica de la respuesta alérgica, como el efecto inmunomodulador de los antibióticos. Los fármacos que pertenecen a la categoría de inmunomoduladores, por provocar la disminución de la producción de citocinas y activación de las células T, son ciclosporina, el tacrolimus y ascomicina. La ciclosporina y el tacrolimus tienen un perfil de efectos secundarios significativos como toxicidad renal, hipertensión y una importante inmunosupresión; por todo esto no deben ser usados indiscriminadamente. La ciclosporina actualmente se ha utilizado para tratar determinados trastornos dermatológicos y el tacrolimus y la ascomicina están en estudio para evaluar su beneficio en el uso tópico para indicaciones dermatológicas25.El tacrolimus es un macrólido que inhibe la producción de IL-2 y así contribuye a la disminución de la autoestimulación y estimulación prolongada de las células T del sistema inmunitario. Puede inhibir la desgranulación de los mastocitos y lo más importante, ha mostrado ser activo por vía tópica en la dermatitis atópica26. La ascomicina es otro macrólido inmunosupresor que inhibe la producción de IL-2 y la desgranulación de los mastocitos; se utilizan por vía tópica en dermatosis inflamatorias y está actualmente en estudios27. La principal ventaja de los macrólidos es su eficacia por vía tópica, de modo que se evita la inmunosupresión sistémica y la toxicidad27.
Staphylococcus aureus y alergias. ¿Mito o realidad?
Introducción
S. aureus: Características Microbiológicas
Patrón de secreción de citocinas en la reacción inmunitaria
Papel de la secreción de citocinas en la Hipersensibilidad de tipo I
Ejemplos de enfermedad atópica
Estado de Portador nasal de S. aureus y su relación con alergias
A manera de conclusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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