Deseo finalizar este trabajo haciendo mención de que todo
cuanto ha sido expuesto en estas paginas le debe, en parte, su existencia a ese
hombre fenomenal que nació hoy hace ciento cincuenta años, y que ha sido inspiración
de incontables discípulos directos e indirectos, y que ha alimentado con sus
ideas la creatividad y el genio de disidentes estimulados por el impulso
inicial de sus postulados. De acuerdo o en divergencia con sus ideas se ha
construido esta ciencia y esta profesión que hoy llamamos psicoterapia y que
tiene tantos apellidos.
Freud ha
trascendido a sus apólogos y a sus detractores. Estemos o no de acuerdo con sus
hallazgos, con sus conclusiones y con sus métodos, es difícil negar la contribución
de Freud a la hermenéutica (la interpretación y significado de los sucesos
mentales), al estudio científico de la conducta humana. La importancia social y
literaria de su obra operó un cambio en nuestras costumbres sexuales y
sociales. El psicoanálisis se constituyó en una teoría general de la
psicología, en un método terapéutico, en un método de encuesta e investigación
y por ultimo sirvió de plataforma para el desarrollo de todos los demás métodos
psicoterapéuticos. Por su parte la psicoterapia Gestalt le debe una enorme
cantidad de reflexiones y conceptos que fueron asimilados y defendidos por los
fundadores del modelo, y también el vigoroso estimulo de los puntos de ruptura,
que al apartarse de la perspectiva psicoanalítica dieron origen a una novedosa
comprensión de los fenómenos humanos.
Desde la perspectiva de la
psicoterapia Gestalt rindo merecido homenaje al fundador de la psicoterapia
moderna y agradezco su legado.